lunes, 24 de junio de 2024

Bajo control

Finalmente decidí que lo vería otra vez, esto hacía temblar cada mínima parte de mi cuerpo.
Él eligió el hotel, dijo que el panorama desde la terraza quitaba la respiración, aunque yo sabía que era su presencia lo que producía ese efecto en mí.
Como siempre, todo estaba bajo su control, inclusive yo...
...y nada me excitaba más, nada hacía que me sintiera tan segura.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Junio son : terraza - vería - control.)

jueves, 30 de mayo de 2024

Presente

“¿Hablamos?”, me dijo. Nunca una pregunta me había desequilibrado tanto. Mi cabeza había comenzado a pensar en tantas cosas; tantos momentos compartidos; tantos sueños perseguidos; tantas metas logradas. Más pensaba en lo que esto podía significar, más sentía crecer una profunda angustia... como caer en un pozo sin fin.
Sin embargo, ahí estaba él cancelando cada una de mis dudas... habíamos aprendido a vivir el ahora.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Mayo son : metas - pozo - hablamos.
Por un propio error este microrrelato no se publicó en tiempo,
cosa que lamento pero lo hago ahora aún si fuera de "concurso".)

martes, 30 de abril de 2024

Dom

Dominación. Tanto se había escrito sobre el tema en los últimos tiempos. Provocando la creación de tantos mitos... demasiados. Por ello sonreía delante de los muchos que se presentaban llenos de pretensiones y no tenían ni idea del significado de las palabras. Hasta que lo conoció.
Él no necesitaba títulos; ni tenía necesidad de demostrar nada a nadie.
Cuando estaban juntos, le bastaba un gesto y... punto.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Abril son : mitos - muchos - punto.)



El mes pasado recibí esta imagen como reconocimiento
por haber participado por tres meses consecutivos...

...pero soy yo la agradecida a Adele y este reto
por impulsarme a seguir escribiendo.

miércoles, 27 de marzo de 2024

Todavía

¿Cuánto era que se conocían?
Una década al menos, tal vez más. Ya no se recordaba; no quería hacerlo, ¿para qué?. No tenía sentido. Todo había cambiado; aún si él siempre era el mismo.
De todos modos, no había llegado el tiempo de las confesiones, no para ella.
Todavía podía disfrutar de las mañanas, del buen café, de pensarlo y sonreír.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Marzo son : década - confesiones - mismo.)

jueves, 29 de febrero de 2024

...

Había planificado absolutamente todo. Imaginaba cada escena y temblaba al hacerlo. Sentía esa íntima humedad mezcla de ansiedad y deseo. Sin embargo, existía una variable que escapaba a la mejor planificación: él.
Sujetó mis manos... un pie y luego el otro. Él conquistaba, poseía, dominaba. Yo gozaba.
Esa noche llevamos nuestro juego, que algunos llamaban perverso, más allá de cualquier límite.


(Este microrrelato pertenece a Reto: 5 líneas propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Febrero son : escena - llevamos - pie.)

jueves, 25 de enero de 2024

Mañana

Parecía que los días transcurrían todos iguales. Sin expectativas, sin mirar demasiado hacia adelante, a un futuro que daba miedo imaginarlo. Sin embargo, había uno de ellos marcado en rojo .
Una espiral de esperanza, una luz, una isla en medio del océano de toda su existencia.
A ella se sujetaría. Por ella continuaría. Es lo que más deseaba.
La historia volvía a repetirse.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por  Adella Brac.
Las palabras del  mes  de  Enero  son : días - isla - rojo.)


[Vuelvo... o eso es lo que me propongo.
Escribir me gusta, me hace bien.
Este reto siempre me gustó
y con él deseo volver a hacerlo.

Por y para vos papá, siempre estás ♥]

domingo, 1 de enero de 2023

Tal vez

Hacía tiempo que estaba... ¿cómo? ¿cómo podría definirse su estado? No lo sabía ni siquiera ella. No era ansiedad; de hecho, nunca se había sentido tan tranquila, tan segura de sí misma. Tal vez era precisamente por eso que comenzó a hacerle falta y la idea no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

En ese preciso instante en que su mente divagaba por senderos ya recorridos, escuchó que llamaban a la puerta. Le habían hecho llegar una invitación. Por la clase de la misma y las fechas que eran, no tenía dudas del remitente y sonrió al comprobarlo. Y, aún si no se había decidido a ir, la idea no le disgustaba.

La última noche del año. ¿Estaba lista? No lo sabía pero nada la detendría de averiguarlo. Se preparó meticulosamente, cuidando cada detalle. Buscó aquello que le era imprescindible para asistir: su máscara.

Llegó. El salón estaba lleno. Una dulce melodía de fondo se escuchaba apenas, el volumen justo para disfrutarla y conversar al mismo tiempo. A simple vista no reconocía a nadie, en definitiva, era tanto que no se hacía ver en ningún lado. Tal vez era mejor así, pasaría desapercibida... o eso creía.

Todo estaba organizado con la máxima exquisitez, como siempre. El Caballero que hospedaba cada año este evento era un verdadero Maestro de ceremonias. En uno de los salones estaban dispuestas pequeñas mesas donde aplacar los paladares más exigentes. Eligió sentarse en uno al azar. Él le sostuvo la silla y ella inclinó la cabeza agradeciéndole. Algo había comenzado a agitarse en su interior; un instinto que había estado callado por tanto tiempo ahora parecía volver a despertarse. Sintió un roce en su mano, un juego de dedos que no había olvidado.

Se levantó serenamente y fue hacía la entrada. Sobre una bandeja estaban colocadas diferentes llaves. Su intuición más básica le señaló cuál debía elegir. La tomó en su mano y fue hacía su lugar preferido; conocía la residencia a la perfección. Tenía que llegar a ese sitio, el indicado. Sin planearlo, todo estaba resultando como antes, como años atrás... como siempre. Tal vez esta vez con un resultado diferente.

No tenía prisas... ¿o sí? No, no la tenía. Sabía que la estaba siguiendo, lo conocía demasiado ¿bien? ...simplemente demasiado. Había estado como un lobo al acecho, esperando por su presa. Que equivocado estaba. Si en este juego había alguien que podría caer en las redes, no sería ella. El sonido firme de sus tacones era atenuado por las alfombras. De todos modos ella lo sentía cada vez más cerca. No tardaría mucho en alcanzarla. Y ¿qué pasaría cuando lo lograra? Tal vez... sólo tal vez.

¿Podría él hacerla olvidar de todo? Apresarla contra su cuerpo, siendo sus caderas su único sostén. Su mano acariciándole la nuca. Sus dedos se enredarían en su pelo, sujetándolo, jalando de él hasta hacerlo gemir de dolor, de placer, o una mezcla de ambos. Como esa punzada que le provocaba su aliento; sus dientes en el cuello. Sus huellas siempre fueron tan sólo un modo de marcar territorio, no más. Ahora era totalmente consciente de ello. Era exclusivamente ver quién era más fuerte.

Pero esta vez se equivocó desde el comienzo.

Apenas escuchó que entraba a la biblioteca, sonrió. Se quitó la máscara, deseaba verlo a los ojos. Esperó que se pusiera detrás de ella, que creyera que la historia volvería a repetirse. Lo observó sin decir palabra y él actuaba de la misma manera. Aunque su mirada poseía un fuego que no sabía exactamente a qué se debía. ¿Pasión? Tal vez exasperación o frustración al darse cuenta que no sería el dominante en esta ocasión. Ella ya no se pondría a sus pies, ni siquiera por ese grande placer que le podría otorgar. Había aprendido. El tiempo siempre ha sido un buen maestro.

Se giró sin más y lo dejó allí... los libros fueron sus mejores amigos en estos últimos años. No tenía nada por decir, no valía la pena, ya no.

Bajó las escaleras, encontrándose con el anfitrión de la fiesta. Se saludaron, él hizo una pequeña inclinación con su cabeza, mirándola con ¿orgullo? ...tal vez sí, seguramente sabía o adivinaba lo ocurrido. Había vuelto de un sitio donde nunca debería haberse marchado. Sonrió emocionada... tal vez el año que apenas iniciaba traía consigo muy buenos auspicios después de todo.






Después de mucho tiempo, aquí estoy.
No sé si será permanente o menos, tal vez veré cómo se dan las cosas
y el tiempo, sobre todo.
Quería agradecerle a Dulce
y su magnífico baile de fin de año;
y también, obviamente,
a todos esos amigos que, sin necesidad de nombrarlos uno a uno,
me han acompañado todo este tiempo,
sin soltar mi mano...
...gracias de corazón.


Les deseo lo mejor en este año que comienza...
...buen 2023!!!

Si quieres, déjame aquí tu huella...

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