jueves, 29 de febrero de 2024

...

Había planificado absolutamente todo. Imaginaba cada escena y temblaba al hacerlo. Sentía esa íntima humedad mezcla de ansiedad y deseo. Sin embargo, existía una variable que escapaba a la mejor planificación: él.
Sujetó mis manos... un pie y luego el otro. Él conquistaba, poseía, dominaba. Yo gozaba.
Esa noche llevamos nuestro juego, que algunos llamaban perverso, más allá de cualquier límite.


(Este microrrelato pertenece a Reto: 5 líneas propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Febrero son : escena - llevamos - pie.)

jueves, 25 de enero de 2024

Mañana

Parecía que los días transcurrían todos iguales. Sin expectativas, sin mirar demasiado hacia adelante, a un futuro que daba miedo imaginarlo. Sin embargo, había uno de ellos marcado en rojo .
Una espiral de esperanza, una luz, una isla en medio del océano de toda su existencia.
A ella se sujetaría. Por ella continuaría. Es lo que más deseaba.
La historia volvía a repetirse.


(Este microrrelato pertenece a “ Reto: 5 líneas ” propuesto por  Adella Brac.
Las palabras del  mes  de  Enero  son : días - isla - rojo.)


[Vuelvo... o eso es lo que me propongo.
Escribir me gusta, me hace bien.
Este reto siempre me gustó
y con él deseo volver a hacerlo.

Por y para vos papá, siempre estás ♥]

domingo, 1 de enero de 2023

Tal vez

Hacía tiempo que estaba... ¿cómo? ¿cómo podría definirse su estado? No lo sabía ni siquiera ella. No era ansiedad; de hecho, nunca se había sentido tan tranquila, tan segura de sí misma. Tal vez era precisamente por eso que comenzó a hacerle falta y la idea no dejaba de darle vueltas en la cabeza.

En ese preciso instante en que su mente divagaba por senderos ya recorridos, escuchó que llamaban a la puerta. Le habían hecho llegar una invitación. Por la clase de la misma y las fechas que eran, no tenía dudas del remitente y sonrió al comprobarlo. Y, aún si no se había decidido a ir, la idea no le disgustaba.

La última noche del año. ¿Estaba lista? No lo sabía pero nada la detendría de averiguarlo. Se preparó meticulosamente, cuidando cada detalle. Buscó aquello que le era imprescindible para asistir: su máscara.

Llegó. El salón estaba lleno. Una dulce melodía de fondo se escuchaba apenas, el volumen justo para disfrutarla y conversar al mismo tiempo. A simple vista no reconocía a nadie, en definitiva, era tanto que no se hacía ver en ningún lado. Tal vez era mejor así, pasaría desapercibida... o eso creía.

Todo estaba organizado con la máxima exquisitez, como siempre. El Caballero que hospedaba cada año este evento era un verdadero Maestro de ceremonias. En uno de los salones estaban dispuestas pequeñas mesas donde aplacar los paladares más exigentes. Eligió sentarse en uno al azar. Él le sostuvo la silla y ella inclinó la cabeza agradeciéndole. Algo había comenzado a agitarse en su interior; un instinto que había estado callado por tanto tiempo ahora parecía volver a despertarse. Sintió un roce en su mano, un juego de dedos que no había olvidado.

Se levantó serenamente y fue hacía la entrada. Sobre una bandeja estaban colocadas diferentes llaves. Su intuición más básica le señaló cuál debía elegir. La tomó en su mano y fue hacía su lugar preferido; conocía la residencia a la perfección. Tenía que llegar a ese sitio, el indicado. Sin planearlo, todo estaba resultando como antes, como años atrás... como siempre. Tal vez esta vez con un resultado diferente.

No tenía prisas... ¿o sí? No, no la tenía. Sabía que la estaba siguiendo, lo conocía demasiado ¿bien? ...simplemente demasiado. Había estado como un lobo al acecho, esperando por su presa. Que equivocado estaba. Si en este juego había alguien que podría caer en las redes, no sería ella. El sonido firme de sus tacones era atenuado por las alfombras. De todos modos ella lo sentía cada vez más cerca. No tardaría mucho en alcanzarla. Y ¿qué pasaría cuando lo lograra? Tal vez... sólo tal vez.

¿Podría él hacerla olvidar de todo? Apresarla contra su cuerpo, siendo sus caderas su único sostén. Su mano acariciándole la nuca. Sus dedos se enredarían en su pelo, sujetándolo, jalando de él hasta hacerlo gemir de dolor, de placer, o una mezcla de ambos. Como esa punzada que le provocaba su aliento; sus dientes en el cuello. Sus huellas siempre fueron tan sólo un modo de marcar territorio, no más. Ahora era totalmente consciente de ello. Era exclusivamente ver quién era más fuerte.

Pero esta vez se equivocó desde el comienzo.

Apenas escuchó que entraba a la biblioteca, sonrió. Se quitó la máscara, deseaba verlo a los ojos. Esperó que se pusiera detrás de ella, que creyera que la historia volvería a repetirse. Lo observó sin decir palabra y él actuaba de la misma manera. Aunque su mirada poseía un fuego que no sabía exactamente a qué se debía. ¿Pasión? Tal vez exasperación o frustración al darse cuenta que no sería el dominante en esta ocasión. Ella ya no se pondría a sus pies, ni siquiera por ese grande placer que le podría otorgar. Había aprendido. El tiempo siempre ha sido un buen maestro.

Se giró sin más y lo dejó allí... los libros fueron sus mejores amigos en estos últimos años. No tenía nada por decir, no valía la pena, ya no.

Bajó las escaleras, encontrándose con el anfitrión de la fiesta. Se saludaron, él hizo una pequeña inclinación con su cabeza, mirándola con ¿orgullo? ...tal vez sí, seguramente sabía o adivinaba lo ocurrido. Había vuelto de un sitio donde nunca debería haberse marchado. Sonrió emocionada... tal vez el año que apenas iniciaba traía consigo muy buenos auspicios después de todo.






Después de mucho tiempo, aquí estoy.
No sé si será permanente o menos, tal vez veré cómo se dan las cosas
y el tiempo, sobre todo.
Quería agradecerle a Dulce
y su magnífico baile de fin de año;
y también, obviamente,
a todos esos amigos que, sin necesidad de nombrarlos uno a uno,
me han acompañado todo este tiempo,
sin soltar mi mano...
...gracias de corazón.


Les deseo lo mejor en este año que comienza...
...buen 2023!!!

viernes, 25 de diciembre de 2020

Anoche, cuando no lo ví aparecer, me asusté. No quise alarmarme y esperé algunas horas. Fuera el tiempo continuaba a ser inclemente. El tímido sol invernal estaba por esconderse trás la montaña, por lo que decidí salir a buscarlo, no era su costumbre faltar a nuestra especial cita. Apenas ví la cabaña, supe que algo no iba bien. Todo parecía cubierto por una avalancha: nieve y sólo nieve.
Finalmente pude abrir la puerta. Allí estaba, visiblemente enfermo... Él también había caído.



(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Diciembre son: avalancha - especial - enfermo.)


Antes de escribir esta entrada, fui a dar un paseo por los años anteriores y admito que me he emocionado. Son las sextas fiestas que pasamos juntos y ¿qué decirles que no resulte repetitivo? ...a ustedes, que me leen habitualmente, no es necesario explicarles no sólo lo que ha sido este 2020, sino los últimos dos años, por lo cual les agradezco infinitamente el hecho que aún estén por aquí, que me dejen sus huellas, su cariño... aunque muchas de esas veces, no crea merecer tanto. No voy a prometerles nada, ni siquiera haré propósitos, hace ya tiempo que vivo el momento pero quisiera sepan que los pienso siempre, que les estaré eternamente agradecida por permanecer por estas playas y que es mi más sincero deseo que vuestros días, estos y todos los que estén por venir, sean plenos de serenidad y de amor, que la vida les multiplique por mil todo lo bueno y que reduzca a nada aquello que no lo sea.

Un gracias muy especial a mi Luna particular...


a mi hermosa y tan querida Mag...


al Dulce Caballero que visita estas playas...



a la magnífica guerrera que siempre nos acompaña, Gin...


a la Maestra y Poeta, Auro...


a la sensual, María...


a la dulce Cora



... a los amigos de siempre, los que nunca fallan:

...y a todos y cada uno de ustedes,
gracias, gracias, gracias y felices fiestas!

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Mi abuelo decía que uno siempre está aprendiendo; hoy sé que del dolor también. El último de los golpes que la vida te había reservado, nos ha vuelto a unir... si alguna vez lo hemos estado más allá de un vínculo parental. Y me encantan estas explosiones de energía que se producen entre nosotras, como disparos de armas que han sido cargadas por años y que sólo estaban esperándonos.
Me coloco el gorro de lana, es mitad de noviembre y hace frío... pero yo vuelvo a sonreír.


(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Noviembre son: gorro - armas - allá.)

*En este reto, también he sumado las tres palabras del mes anterior.
No estaba de muy buen ánimo ni para escribir ni para nada;
pero en estas cinco líneas hay mucha verdad,
y del dolor se puede (y se debe) sacar una enseñanza, algo positivo...
yo lo he hecho.
Gracias "Pequeña Raquel" por haber aparecido;
por sorprenderme con tantas 'coincidencias';
por hacer parte de esta vuelta a algo que es muy importante en mi vida;
y, sobre todo, por querer junto a mí (re)construir este vínculo.

miércoles, 30 de septiembre de 2020

El último mes había pasado tan rápido que ni se había dado cuenta de no haber escrito esas cinco líneas. Para algunos podía resultar una estupidez, algo sin valor, una de esas cosas autoimpuestas, que en realidad no son imprescindibles. Ella lo sabía; sabía que podía hacer como si nada. Sin embargo para ella era importante, aún si no sabía de qué escribiría. Pero cuando leyó la noticia lo supo. Pensó a sus amigos, a todos y cada uno. Mientras sonreía y una lágrima le cruzaba el rostro.


Lo escrito hoy para el reto es tal cual, este mes de septiembre -todos estos últimos meses-, me están pasando a la velocidad de la luz, el tiempo no me basta, no me alcanza... Por ello mi ausencia sea aquí, que en vuestras casas, y me disculpo por ello... Pero cuando leí la noticia del fallecimiento de Quino, no pude dejar de rendirle homenaje... crecí con Mafalda y sus amigos, tanto que creo haber conocido ciertas a memoria... hoy me entristece su pérdida, pero a la vez, una sonrisa se me dibuja al pensar a la maravillosa herencia que nos ha donado en todos estos años; en lo personal tengo dos ejemplares firmados por él mismo cuando lo ví en una de las ediciones de la Feria del Libro de Buenos Aires...
...hasta que volvamos a encontrarnos, Maestro!






(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Septiembre son: importante - amigos - rápido.)

domingo, 30 de agosto de 2020

Había pasado tanto tiempo desde que todo había comenzado, que ya casi ni recordaba cómo había sucedido. Sin embargo, esa mañana no necesitó ver el nombre que salía en la pantalla de su móvil para saber de quién era el mensaje. En todos esos años nunca había olvidado la fecha y, de uno u otro modo, se lo hacía saber.


Sonrió mordiéndose el labio, seguro que ella estaba haciendo exactamente lo mismo.




(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Agosto son: para - todo - ella.)


 


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