miércoles, 29 de agosto de 2018

Él era uno de los hombres más valientes que jamás hubo navegado los siete mares. Nada lo alejaba de sus propósitos, de aquello que deseaba, y que anhelaba hacer suyo. Eso fue lo que sintió la primera vez que cruzó su andar.

Nunca olvidaría esa mañana, cuando después de varias semanas volvía a pisar tierra firme. Sólo pensaba en llegar hasta el bar, el de siempre, el cercano al puerto. Encontrar unos brazos amigos, unos muslos tibios y unos pechos generosos. Un cuerpo que lo hiciera sentir vivo, algo que últimamente le costaba cada vez más. Fue allí donde la vió por primera vez.

Ella tenía la piel clara, contrastaba con el negro de sus cabellos y el rojo fuego de su boca. Sin darse cuenta, la imaginó entre las sábanas blancas del camarote de su nave. Y casi no podía creerlo cuando sus miradas se cruzaron y él sintió que una como ella sería capaz de descubrir cada uno de sus secretos.

Se acercó lentamente, y ella le dedicó una sonrisa que lo desarmó.

Morena... acompáñame mientras bebo algo que alivie mi espíritu... –dijo acercándose aún más.
¿Qué le hace suponer que yo esté aquí para hacerle compañía al primero que así lo desee? –respondió ella alzando una ceja.
Mujer, ¿sabes con quién estás hablando? –preguntó él de forma casi amenazadora.
Con un pirata... –le dijo ella, desafiante. ¿O debería decir con Bastian, el rey de los mares?

Quedó sorprendido al oír su nombre saliendo de la boca de ella. La misma que, sin pedir permiso ni nada, invadió con su lengua e hizo suya. Bastian era así, tomaba lo que deseaba y lo hacía suyo; en este caso a ella.

O eso era lo que él creía. Con las piernas de ella enredadas a su cintura, subió las escaleras que llevaban a uno de los cuartos que habían sobre el bar. Levantó sus faldas y rompió el corsé; antes de atravesar la puerta de la habitación, él ya había plantado la bandera de conquista. Así fue durante toda la noche, hasta que el sueño lo venció.

Despertó en la mañana, con el sol que entraba por la ventana y le iluminaba el rostro. Buscó con su mano el cuerpo que esa noche había sido suyo, y que deseaba volver a poseer. Pero sólo encontró una hoja de papel bien doblada, y su nombre escrito con una hermosa caligrafía.

Bastian... Pirata de alma canalla... Creíste poder conquistarme como un territorio más de los que sueles encontrar, y no te has dado cuenta que has sido tú el conquistado, el poseído. He sido yo, que como el canto de una sirena, te he encantado. Ahora no te olvidarás jamás de mí, de mi imagen, de mi sabor... y yo como recuerdo, me llevaré tu bien más preciado.

Adrià, la única verdadera Reina de los siete mares.

Al leer las últimas líneas, saltó de la cama y se asomó a la ventana. No imaginaba cómo había convencido a la tripulación de su nave, pero ésta ya estaba cerca del horizonte. Alguien había sido más canalla que él, y era una mujer. Y en algo tenía razón, jamás la olvidaría.

(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 49Para esta semana toca un cuento de piratas.)


14 comentarios:

  1. Cazador cazado. Es que no hay mayor perdición que una bella mujer. De nada sirve ser rey de nada cuando se cae. no digo más ;)

    Besos dulces Alma.

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    1. Mi papá me enseñó que debes tener cuidado dónde te subes; más alto vas, más dura será la caída...

      Besos grandes como el mar, Dulce.

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  2. El poder de una mujer, me encanta cuando ganamos nosotras. Ya estoy regresando al blog, un abrazo grandote

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    1. Creo que la peor cosa que se pueda hacer, es subestimar a alguien.

      Ahora sí, yo también estoy de vuelta, Ester... besotes!!

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  3. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh aplauso y ovación para la Capitana Pirata de los mares! Genial... reivindicativo,sarcástico,y con esa chispa erótica que dejó al pobre Bastian a los pies de los caballos!

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    1. Te leo y me rio... sos genial, Ale!!!

      Smu@cksssssssssssssssssssssssss!

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  4. Si es que se cree el ladrón que todos son de su condición :-)
    Si es que al final, todos pecan en la carne :-)

    Un beso enorme.

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    1. Mi nonno siempre me repetía esa primera frase... hay que estar atentos.

      Besisssssssss hermosa.

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  5. Los hombres nunca desconfían en esas situaciones, se creen siempre dignos de merecerlas y se sorprenden cuando comprenden el engaño.. En fin, pobres ;)

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    1. Como he dicho más arriba, creo que una de las peores cosas que se puede hacer, es subestimar al otro... más en estas situaciones cuando es "el" hombre a subestimar a una mujer.

      Un beso.

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  6. Wala Alma, me ha encantado!!! será porque ha sido una mujer con carácter y temple quien ha destronado el ego de este pirata.

    Mil besitos, preciosa ♥

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    1. Cuando creen de tener la presa, se dan cuenta que los cazados son ellos... ;)

      Besotes infinitos, Auro!

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  7. Un valiente pirata no se acobarda ante una mujer seductora ni ante el peligro, tampoco si la bella mujer es peligrosa. Y seguramente no se rendirá ante el contratiempo de perder su barco y su tripulación.
    Bien contado, cumplido el reto.
    Besos.

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    1. ¿Quién sabe? ...tal vez no se rinda, tal vez intente recuperar lo suyo ...o tal vez continuará como si nada y recomenzará desde cero ...las posibilidades son tantas en una historia.

      Besotes paisano!

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