Giré hacia la derecha,
y nuevamente no sabía dónde estaba. ¿Cómo era posible? Había hecho ese
recorrido mil veces; inclusive ayer a la noche con mis amigos. Y sin embargo podría
jurar de haberme perdido.
¡Maldición! –pronuncié,
y mi voz no fue demasiado alta por suerte, porque la señora que estaba allí
cerca, con el ramo de flores en las manos, ni siquiera me dignó de su mirada.
Continué a caminar
derecho por esa callecita, sino lograba encontrar la salida al menos debería
lograr volver a la entrada. No paraba de preguntarme dónde estaba toda la gente
que comúnmente llenaba ese lugar. Era ya pasada casi toda la mañana y no había
visto a nadie, lo cual era muy extraño, este sitio se llenaba un día como hoy, y no
había visto a nadie como para pedir indicaciones.
Sabía que era uno de
esos días, esos en los que mi madre insistía en ir de todos y cada uno de los
parientes, a saludarlos como decía ella. Y yo odiaba hacer eso, por ello había
salido temprano, para ir a la playa, aunque ya era otoño aún los días eran
cálidos. Después me enfrentaría al enfado de mi padre por el enésimo acto de
rebeldía, como él los definía. Y sería todavía peor cuando supiera que ayer a
la noche entramos aquí con mis amigos para festejar la noche de Halloween. ¿Qué
sitio podía ser mejor que un cementerio? Y ahora me había perdido, no
encontraba la salida ni era capaz de volver a la entrada. Y conocía este lugar,
lo conocía como la palma de mi mano, y sin embargo, era ya casi de noche y yo continuaba a dar
vueltas.
Esta vez me pondrían
en castigo media vida, hasta finales del 2010 seguro... y yo aún estaba dentro
el cementerio.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 30: Describe un relato con un personaje inventado,
una situación que te ponga de los nervios.)
Un final intrigante para cerrar un relato muy apropiado para hoy. Un abrazo preciosa Alma
ResponderBorrarA veces las cosas más simples, más tontas, son las que más asustan...
BorrarPreciosa vos, de verdad... besotes Ester.
Hola, Alma:
ResponderBorrarCreo que el acierto está en saber cuidar los detalles, y este relato es una muestra más de tu acierto narrativo:
Desde el cuándo lo cuentas, en plena fecha de difuntos, a cómo lo cuentas, de una manera fluida. Y ese final, abierto e inseguro, es de los que pone de los nervios al lector presonificado en personaje.
Gracias, Alma.
Ainsssssssss Nino...
BorrarTus palabras para conmigo, para mis letras, son siempre un incentivo para seguir mejorando.
Gracias... gracias de verdad, gracias a vos.
Un besote.
(Por cierto, ya casi termino el libro, ya llego a comentarte qué me pareció...)
Excelente relato, porque solo sugieres y das a entender el fondo de la historia, eso le da magia y misterio. Una vez más, muy bueno.
ResponderBorrarBesos dulcemente grandes Alma.
Sabes bien que tu opinión es importante, porque sos un lector exigente, un buen Maestro, y aún más importante, un buen amigo... por lo cual, si mi relato te ha parecido muy bueno, me doy más que satisfecha.
BorrarUn beso grande como el mar, Dulce.
Me encanta!! Un microrelato donde juegas con todos los ingredientes para mantener al lector atento y expectante. Ese final... muy apropiado y dando mucho juego.
ResponderBorrarChapeau, mi querida Alma!!
Mil besitos para tu noviembre.
Es que en ese día había que jugar con algo que podría ser real... o no.
BorrarBesotes infinitos Auro!
Intuí hablaba un fantasma... Sus pasos... la indiferencia que creaba... Pero estaba en casa y de eso no era consciente aún :-) O sí.
ResponderBorrarMe ha encantado, de veras.
Besos.
Sabía que a ti no se te escaparía ese detalle, el detalle de sus pasos y que nadie la notara...
BorrarMe alegra muchísimo te haya gustado, para mí es un gran logro eso.
Besissssssssss hermosa.
Qué buen giro… Magnífico escenario en el que llevarnos en vilo, hasta ese final en el que la mente divaga… envuelta en un halo de misterio…
ResponderBorrarMe encantó, mi querida Alma… Uno de mis géneros favoritos, y llevado por tu maravillosa pluma, más que genial! 😉
Bsoss y cariños miles, y muy feliz tarde, preciosa 😘
(Borré el anterior, se me fueron los dedos... Eso es la resaca jajaja)
Muacksssss!!!
Qué gran cumplido el que te haya atrapado mi microrelato!
BorrarMe has hecho reír con lo de la resaca, ten cuidado con eso... jajajajaja!
Besotes muchos, muchos, querida Gin!!
Buen micro Alma en el que mantienes al lector expectante, intrigado, muy adecuado para estas fechas.
ResponderBorrarBesos
Gracias, sobre todo porque viniendo de vos, Conxita, es mucho más que un halago, tus relatos son siempre extraordinarios!
BorrarBesotes.
Qué gustazo volver a leerte! UN relato inquietante y que nos deja pegados a tus letras! muacksssssssssssssssssss
ResponderBorrarAle!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
BorrarLo que es un gustazo es volver a leerte en mi, nuestra, playa... se te ha extrañado!
Besotes!!!!!!!!!!!!!!!!
¿Es una fantasma? ¿Será que ya no hay salida para el personaje?
ResponderBorrarBien planteado lo inquietante del relato.
Un abrazo.
Sí, es un fantasma. Y creo que sí tenga salida, sólo que tal vez ella no lo sepa.
BorrarUn besote.
Un ingenioso relato me gusto bastante amiga Alma Baires, un placer leerte, abrazos.
ResponderBorrarGracias Jorge, el placer de tus huellas es mío.
BorrarUn beso.