El día comenzaba mal.
Fue nada más levantarse de la cama, y en el intento de tomar su camisa –que la
noche anterior había quedado en el suelo–, chocó la mano contra el borde de la
cama. Resultado: la uña del dedo
mayor se le partió, volando un pedazo por el aire y produciéndole un dolor alucinante.
Se cubrió la boca para no gritar y corrió al baño para colocar la mano bajo el
grifo del agua fría. Mientras repasaba una y mil veces el porqué se metía
siempre en la misma situación.
Cuando al inicio de la
semana recibió el mensaje por whatsapp
de su madre, ya sospechó. Y es que su madre nunca llamaba “por nada”, o
simplemente para saber cómo estaba. Debía necesitar algo, y ese algo
seguramente sólo ella podría obtenerlo. Y no se equivocaba.
Resultaba que unos
parientes de vaya a saber dónde, estaban visitando la ciudad. Estos se habían
puesto en contacto con su madre, vaya a saber Dios cómo también, para
informarla y organizar un encuentro.
Pues sí mi querida,
así como te digo, son parte de la familia y han venido a visitarme... –le decía
la madre al teléfono tras su escasa respuesta a los mensajes.
Mamá... –respiró profundo
antes de perder la paciencia. ¿De qué familia me hablas que yo no los conozco de
nada?
Barby..., ¿por qué
tienes siempre que ser así antipática? –preguntó su madre como era habitual
cuando frente a una verdad quedaba sin argumentos.
Barbara mamá... me
llamo Barbara... –le aclaraba por enésima vez; ella adoraba el nombre que le
había puesto su padre, aunque su madre probara a cambiarlo; pero esa es otra
historia. No se trata de ser simpática o antipática, sino realista y directa...
Yo no conozco a estas personas que tú llamas familia, y no veo la razón por la
cual debería molestar a mi jefe para conseguir las entradas para la muestra del
viejo galeón, para todos ellos.
Pero, ¡es que no te
cuesta nada! –exclamaba al otro lado de la línea y ya la imaginaba
encendiéndose un cigarrillo. Ellos han venido a visitarme y han traído al más longevo de la familia para festejar sus
90 años todos juntos... me ha parecido un buen regalo llevarlos a la mejor
exposición de esta ciudad.
Insistía. Si no por
otra cosa, su madre le ganaría por cansancio. Entre el dolor por la uña, y el
recuerdo de la charla telefónica con su madre, la habían puesto muy fastidiosa,
a pesar de la excelente noche que había apenas pasado.
Preciosa... –la voz de
él desde el dormitorio la volvía hacer sonreír, quitando las sombras del mal
humor. ¿Qué son esos ruidos? ¿Te ha pasado algo?
No, nada... –se apuró
a responder saliendo del baño. Me he sólo golpeado una mano y se me ha roto una
uña.
¿Aún tenías alguna? –preguntó
él divertido. Pensé las habías dejado todas en mi espalda esta noche.
¡Qué tonto eres! –respondió
ella tumbándose en la cama otra vez.
Pero te conozco bien y
ese rostro no es por la uña rota... –le dijo tomándola por el mentón y haciendo
que lo mirase a los ojos. ¿Qué pasa cielo?
Nada... –casi se
avergonzaba a decirlo. Mi madre y sus absurdas ideas... ahora resulta que
quiere llevar a unos parientes de no se sabe dónde, a la muestra del galeón; y
yo debería conseguirle las entradas...
¿Y dónde está el
problema? –preguntó quitándole nuevamente la camisa y abriéndole las piernas
suave pero decididamente. Alguna ventaja tiene que traer tener tan buen sexo
con tu jefe, ¿no crees?
Es el número 32: Un relato en que aparezcan las siguientes palabras:
longevo, galeón, whatsapp, uña.)
Jajaja, un jefe genial, completito y divertido, y creo que muy guapo. Abrazos preciosa escritora
ResponderBorrarEs que si tenemos que imaginarlo, que sea todo eso y más, ¿no te parece Ester?
BorrarBesotes!!!
¡Qué bueno!Si es que no hay nada como cuando todo se queda en casa.
ResponderBorrarJajajajajaja
Me ha encantado.
Un beso enorme.
Pues sí Mag, que tu lo has dicho!!
BorrarBesissssssssssss hermosa.
Es que dicen que Dios castiga pero no a palos :D espero que el jefe sea soltero, sino... ;) Buen relato, que más que cumplir solo con las palabras impuestas logras algo agradable de leer y liviano con buen final, salvo por la uña claro :)
ResponderBorrarBesos dulces Alma.
Ayyyyyyyyyyyy Dulce que tienes un sexto sentido! ...no sé porqué, pero yo me lo he imaginado casado...aun aunera un detalle que no hacía a la historia y por eso lo obvié...😉
BorrarBesos grandes como el mar.
Jajaja buena sorpresa final Alma, desde luego su jefe tiene razón, que se aproveche.
ResponderBorrarBesos
Bentornata Conxita!!! ...obvio que tiene que aprovechar ...y lo hará, estoy segura!
BorrarBesotes!!
Un relato con ese final no esperado, sorpresas que no se esperan
ResponderBorrarBesos grandes
Y sino, ¿qué sorpresa sería? 😋
BorrarBesotes preciosa Precious!
Tenía allanado el camino!! Jajaja Qué bueno. Me encantó ese final; qué elocuente y comprensivo es su jefe…
ResponderBorrarBuenísimo, mi querida Alma.
Bsoss enormes, y muy feliz noche 💙
Es que hay algunas que tienen suerte con el "jefe"...😄
BorrarBesotes gigantes Gin!!!
Ningún problema!!!
ResponderBorrarMe ha encantado leerte, Alma preciosa. En el fondo todo son ventajas.
Mil besitos para tu noche ♥
El que te haya gustado me hace sonreír...
BorrarBesotes infinitos Auro...😘😘😘
No todo era adverso para ella, por suerte.
ResponderBorrarBesos, paisana.
Tienes razón Demi... podría haber sido peor...😉
BorrarBesotes paisano!