Cristina
siempre fue muy supersticiosa, no había mañana que no leyera su horóscopo. Ni
hablar de pasar por debajo de escaleras o si un gato negro atraversaba su
camino. Por lo que ese sábado, cuando vió la publicidad de la “Feria de las
Ciencias Ocultas” en Capital, había decidido que no se la perdería.
Llegó apenas
pasadas las 19:00. Había de todo; tarotistas, astrólogos, quien leía las manos,
la borra del café, hasta grafólogos. Las horas pasaban y, a pesar de su
curiosidad, no hacía “consultas”; el temor que le dijieran algo feo sobre su
futuro era mayor.
Estaba
yéndose, un poco descepcionada consigo misma por esta forma de cobardía; cuando
sintió que alguien tomaba su mano. Una vieja ciega y extravagante; que lo único
que pronunciò antes de desaparecer entre la gente fue: “Ayyy niña, disfruta de
éstas, tus últimas semanas…”. Cristina quedó shockeada; su primera reacción fue
“¡qué vieja loca!”, sacudió la cabeza y volvió a casa.
Esa noche no
logró dormir. No dejó de pensar en esas palabras; razón por la cual, a la
mañana siguiente, llamó al trabajo dando parte de enferma. Y en realidad lo
estaba, o al menos así se sentía. A la falta de sueño se había sumado el comer
mal; pues todo la hacía dudar, a todo temía: intoxicaciones; raras
enfermedades; improvisas alergias; hasta el ahogarse en su más completa soledad.
Pasadas unas semanas su debilidad física era notable; esto y el “riesgo” de
salir a la calle, hicieron que decidiera comprar todo por internet y hacérselo
traer a su casa. Obviamente ya había renunciado al trabajo e iba adelante con
sus ahorros, mientras buscaba un trabajo que pudiese hacer desde su notebook.
Pero no era fácil y el dinero comenzó a no alcanzar, las compras iniciaron a
ser menos y más espaciadas. Su debilidad aumentaba, había días en los cuales ni
siquiera salía de la cama, y su higiene dejaba mucho que desear.
El muchacho
encargado de los envíos a domicilio del supermercado se sorprendió que desde
hacía 15 días la muchacha tan delgada y con cara asustada de Av. Vergara y
Miranda no hiciera su pedido. Por lo que decidió pasar y tocar el timbre. Nada.
No se escuchaba ningún sonido. Tuvo un mal presentimiento y llamó a la policía…
Lo siguiente
que se supo fue de la trágica muerte de una joven sin familia, a causa de una
grave desnutrición. Se la había encontrado dentro su propia casa, en un estado
de descomposición avanzada. En su puño cerrado, la entrada a una “Feria de las
Ciencias Ocultas” …murió 13 semanas luego de visitarla.
(Otra vez un escrito inspirado a un tema de los
"Jueves de Relatos" de "El Demiurgo de Hurlingham"
...la próxima trataré de participar en tiempo y forma.)
Gracias por mencionarme, como motivo de inspiración, la alusión tan local de Hurlingham. De paso, ayer estuve en La Feria del libro de Hurlingham, en un taller de comics, que no me convenció del todo.
ResponderBorrarTu relato parece ser un caso de profecía autocumplida, la creencia en la profecía desencadenó su cumplimiento. No habría pasado de ser esceptica, o de no haberla escuchado. Sospecho algo de maldad, que fue dicha con toda premeditación, sino para provocar su muerte, para tenerla bajo control, sacarle dinero. Alguien con suficiente astucia puede detectar a alguien con una superstición tan notoria.
Tal vez te interese un relato que posteé este sábado pasado.
Un gusto leerte.
Y si te interesa participar, te dejo el enlace.
http://charocort.blogspot.com.es/2015/06/convocatoria-juevera-para-el-dia-11-de.html
Antes que nada, gracias a vos por dejarme hacer parte de estos relatos que cada vez me gustan más. Por cierto, cómo extraño determinadas cosas de Hurlingham, como esas Ferias, no tenés idea!, aunque no estén a la altura de las expectativas.
BorrarEstuve leyendo tus últimos post pero llevo un atraso en comentarios que no veas... prometo ponerme al día lo antes posible, de verdad!!!
Un besote!
A veces no es que tengamos un destino... sino que nos abocamos nosotros mismos a él...
ResponderBorrarYo no sé si todos estamos de antemano destinados a algo... pero lo que sí sé es que no me gustaría saberlo... porque creo que en la ingenuidad de nuestra mente... movemos nuestros actos en función de predisposiciones y éso lo único que puede hacernos es complicarnos aun más... una vida... que de antemano ya es lo suficiente complicada...
Me has hecho reflexionar cielo...
Además entre varios de vosotros, me está entrando la curiosidad por buscar nuevos objetivos... como la convocatoria de los jueves...
Un besazo mi Alma
Yo soy una convencida que todo es causa y efecto ...aunque si en mi historia personal podría mencionar algunos hechos que sólo los explican la palabra "destino".
BorrarPeque, esto de los jueves es super contagioso y a mí cada vez me atrapa más ...aunque si es un desafío ya que soy algo más que nueva en esto de escribir.
Besotes enormes y desde el Alma siempre.
Te dejé un premio en mi blog.
ResponderBorrarhttp://eldemiurgodehurlingham.blogspot.com.ar/2015/06/premio-litarcihis.html
Gracias de ♥ Demiurgo ...sos un tipo genial!!!
BorrarEs curioso como algunas veces nos dejamos llevar por supersticiones hasta el punto que dan forma a nuestras acciones y decisiones.
ResponderBorrarUn beso Alma
Más que curioso diría que es humano ...lamentablemente.
BorrarUn besote enorme niño y ya sabes que gusto me da leerte por aquí!
Hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, cómo se dice y a quién se dice. Una buena persona con estrella jamás le diría eso. Al contrario, pero a veces nos dejamos llevar por charlatanes o depositamos nuestra existencia en manos incorrectas.
ResponderBorrarCreo en el destino... ¡Cómo no creer si solo tengo evidencias de ello! Pero también sé de oscuridades, de más allá, de esos signos que de no saber interpretarlos te pueden abocar a un precipicio del que no se puede salir...
Hay que oír en ocasiones y no escuchar... Y siempre, vivir y sentir.
Besos.
Obvio que una persona con "estrella" jamás diría una cosa así... un extremismo al fin del relato...
BorrarYo repito que creo todo sea una causa y consecuencia... aunque si... de "destino" he tenido varias muestras.
Besotes hermosa ...y el resto lo sabes!
Muy buena ejemplificación de lo vulnerables que somos a nuestra propia inseguridad y manipulación mental.
ResponderBorrar=)
Y tanto, Mónica. Somos nosotros mismos, muchas veces, nuestros peores y propios verdugos; con nuestras ansiedades y temores.
BorrarUn besote y gracias por tu huella!