No
recuerdo cómo era mi vida antes de esta enfermedad. Tenía apenas 3 años cuando
la epidemia se extendió por todo el país, allá por el año 1956. Sé que vivíamos
en una provincia del interior, aunque lo que conozco de esa parte de mi
historia es por relatos ajenos, y no muy precisos.
Mi
“Diario de viaje”, como a mí me gusta llamarlo, dice que llegué al Hospital en marzo de ese año, viajando hasta la Capital. Aunque si por áquel entonces allí
tampoco estaban especializados; y la enfermedad continuaba a ganar terreno
sobre mi cuerpo, a casi paralizarlo irremediablemente. Los médicos determinaron
que el tratamiento sería largo, muy largo. Creo que fue ahí cuando
mis padres decidieron regresar a casa…, sin mí.
Viví en
el hospital hasta los 12 años, momento en el cual, a pocos metros de allí, abrió
sus puertas un Hogar para alojar a niños como yo. Desde entonces, ese fue mi
lugar en el mundo. Fue allí donde descubrí mi pasión por la pintura. A pesar de
la dificultad para usar mis manos, semi paralizadas, podía expresarme através
de ella. Y así fue que entré en contacto con una escuela de arte, ellos me
aceptaron, me promovieron, me becaron. Me dieron la oportunidad de ganarme la
vida, y hoy soy profesora de “Historia del arte” en esta misma escuela; y una
conocida artista local.
Con el
tiempo construí una familia; una algo especial, unida por lazos de profunda
amistad, amor, y no de sangre. Y es verdad, la enfermedad marcó mi vida, señó mi
destino; pero no reniego de ello, es más, no consigo imaginar que hubiese sido sin ella. Tal vez hubiese sido una vida más sencilla, pero seguramente no
menos maravillosa. ¿Mi nombre?..., mi nombre no importa, mi nombre es uno más
en una larga lista. ¿Mi rostro?..., mi rostro es igual al de tantos, mi rostro
es uno más de los “Rostros de la Polio”.
(Este texto pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana la convocatoria fue hecha por José Vincente desde su blog "El sueño de la colina". Te invito a leer al resto de los participantes aquí!)
Una maravilla de mujer la que nos describes, con una fuerza de voluntad de acero y sobretodo con alegría y agradecimiento a esa vida que ella la califica de maravillosa . Una aceptación admirable y un ejemplo a seguir.
ResponderBorrarMe ha gustado mucho.
Gracias Tracy, me gusta imaginar que la fuerza del espíritu puede con cualquier limitación.
BorrarUn beso.
Un estupendo relato de fortaleza y superación el que has escrito, Alma. A pesar de la niñez de vacío que le tocó sufrir, supo superarse y, a través de las artes y de la pintura, alcanzar sus sueños. Incluidos los de fundar una familia, esa que le faltó en su niñez.
ResponderBorrarMe ha gustado mucho y te felicito por lo bien que lo has tratado.
Un abrazo y muchas gracias por participar.
Gracias a vos José Vte. No fue fácil, he leído muchas historias y relatos sobre el tema, pero no quería estar ausente. Y realmente, me alegro de haber superado mis propias trabas, he leído cosas maravillosas.
BorrarUn beso a vos, de nuevo gracias, y un bienvenido a mi playa, donde espero te sientas siempre a gusto, y vuelvas.
Un ejemplo de aceptación, no solo de la polio sino del injusto abandono sufrido. Un gran espiritu de superación en un alma libre.
ResponderBorrarQuería escribir una historia de superación, de fuerza, de que se puede... de la victoria del bien sobre tanto, tanto mal.
BorrarGracias por tu huella, un beso.
Me gusta el relato, especialmente esa atmósfera, algo neblinosa en los recuerdos, desvelando solo un poco en un presente en el que la protagonista parece haber logrado sentirse realizada.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Juan Carlos. Es que imagino que cuando las cosas pasan en esos primeros años es difícil recordarlas con presición... y en algunos casos, tal vez sea una suerte, ¿no?
BorrarUn beso.
Excelente relato! A pesar de todo lo tremendo que le ha tocado vivir, ha logrado poder ser feliz, y realizarse como persona y mujer. Eso es tener espíritu.
ResponderBorrarUn beso.
Gracias Sindel. Sí, eso quise contar desde el inicio, que la fuerza del espíritu puede con todo.
BorrarUn beso.
Muy buen relato mi Alma...una bonita forma de contarnos la cara mas dura de la enfermedad con el abandono màs cruel y por otro lado la mas dulce han enseñarnos la vida que ella sola se construyó...
ResponderBorrarEs un relato fuerte...pero tu forma de contarlo lo dulcifica...
un besote
Gracias mi Peque... sabes que soy una optimista, aunque haya cosas que me pongan a dura prueba, pero creo en la fuerza del ser.
BorrarNo uno, infinitos besotes!
Uffff... Alma, una historia que estremece con ese abandono al comienzo, es duro pasar por una enfermedad y mucho más pasarla sola... esta es una historia que nos muestra una cara triste de la moneda y luego la otra, la que nos enseña las ganas de luchar, de avanzar, de aprender y ser feliz... y creo que la protagonista cumplió sus sueños... Me ha encantado...
ResponderBorrarMuchos besinos preciosa...
Piccola... lamentablemente sucedía y sucede, que familias con bajos recursos ante una dificultad enorme, toman la más dura y cruel decisión... no juzgo, sabes cómo soy y que no lo hago... por eso no me frené en ese aspecto, y sí en el de la superación.
BorrarMuchos muchísimos besos, y un abrazo enorme de mi Alma a la tuya.
No es necesario decir mucho más. En realidad, una traba puedes hacerla tu bandera, lo suficientemente fuerte como para saltar cualquier obstáculo.
ResponderBorrarEn este caso, creo que la enfermedad queda en un segundo plano. Y es lo menos importante. Solo la ven los demás...
Besos.
Exactamente eso quise expresar... la fuerza del Alma en superar cualquier obstáculo.
BorrarUn besote enorme hermosa, el resto lo sabes ...y hoy un abrazo, también.
Lo notable es que contaste una buena historia, basandote en esa foto.
ResponderBorrarY no es poco mérito.
Te felicito.
Elegí la única foto en la que no se veía el rostro, porque quise contar una historia que pudiese ser la historia de cualquiera. He leído relatos de esa época para construirla. Lo demás fue imaginar que la fuerza interior puede contra lo que sea.
BorrarGracias Demiurgo, un beso.
Un precioso relato lleno de esperanza para las personas que lo han pasado mal en la vida. Una triste historia, sobre todo por alejarla de la familia... Pero salió adelante y pudo encontrar la felicidad...
ResponderBorrarMuchos besos
Gracias Carmen. Eso quise desde el inicio, un relato que cuente que se puede salir adelante... de fuerza y superación.
BorrarUn besote!
Una historia de vida y esperanza surgida de la fatalidad que la ha marcado, pero no vencido.
ResponderBorrarUn abrazo
Eso mismo Mónica, algo que marca pero que no vence.
BorrarUn beso.
Una auténtica mujer coraje, capaz de conseguir todo lo que se propone apesar de los obstáculos que se encontró en su camino.
ResponderBorrarMuy bonita historia.
Un abrazo
Gracias Carmen. Siempre me ha gustado pensar que los seres humanos pueden superar los obstáculos, optimista que me llaman.
BorrarUn beso.
Un ejemplo de mujer sin duda alguna. Admiro la fuerza de voluntad de tu protagonista, que a pesar de los estragos supo sobrepasarlos y llegar a ser feliz totalmente. Gran relato!
ResponderBorrarBeso
Me repito, lo sé, pero quise imaginar un personaje fuerte, una mujer que pese a la enfermedad y al abandono, hubiese podido superarlo.
BorrarGracias Yessy, me encanta leerte por mi casa ...un beso.
Precioso relato contando una tremenda historia con pinceladas leves sin cargar las sombras que tienen que haber sido muy oscuras. Celebro que tu capacidad para expresarte como artista te haya permitido experimentar felicidad y satisfacciones. Un fuerte abrazo.
ResponderBorrarCuando se presentó el tema tuve dudas de no lograr escribir lo que deseaba, una historia de superación. Pero leí diferentes cosas, experiencias de esa epidemia en mi país... y estoy contenta con el resultado.
BorrarGracias Dorotea por visitar mi playa, espero que vuelvas cuando gustes, un beso.
Realmente es una historia de superación, que se apoya en el arte, en la pintura. Me gusta el final cómo llevas al lector hacia el nombre y el rosotro del protagonista. Enhorabuena!
ResponderBorrarBesos
Después de leer tantas historias sobre esta enfermedad, quise que mi relato pudiese ser la historia de cualquiera, que todos nos pudiesemos identificar de algún modo.
BorrarBienvenida a mi playa Mercedes, gracias por tu huella y espero vuelvas siempre que gustes!
Con qué maravillosa sencillez expresas tanto. Un texto breve pero con una gran carga de contenido. Me ha gustado.
ResponderBorrarBesos y nos seguimos leyendo
Bienvenido a mi playa Max, y gracias, gracias de verdad.
BorrarUn beso y ten por seguro que seguiré leyéndote.
Una gran historia, como grande es su trama. El mensaje está claro, ahora sólo hay que ponerse en los zapatos de los afectados. ¿Seríamos capaces de resolver con tanto amor y dignidad? Supongo que sí, si lo han hecho ellos...
ResponderBorrarMe gustó el relato.
Besos
Gracias Alfredo, por tu huella en esta arena, por tus palabras. Difícil ponerse en el lugar del otro, sobre todo en temas como éste. Quisiera creer de tener la fuerza de espíritu de tantos de ellos.
BorrarUn beso y espero vuelvas siempre que gustes.