Sábado,
el despertador no suena pero me despierto tan temprano como siempre. Me levanto
y voy al baño como una autómata. Pasando me miro al espejo y, ¡por Dios... qué
desastre! Decidido, voy a la peluquería.
Cuando
llego allí no hay muchas mujeres esperando, ...por suerte. Y sí, porque sinceramente,
todas esas horas escuchando “ciertos” discursos, suelen darme dolor de cabeza.
Pero deseo un cambio, mejor, deseo que el cambio interior se refleje por fuera.
Y... ¿qué
hacemos esta vez? –preguntó Sol, sonriéndome como si supiera ya lo que iba a
contestarle; pero la sorprendería.
Quiero un
cambio radical... –respondí con mirada desafiante, aunque si aún no sé a quién
quería convencer, si a ella o a mí misma. Me pongo en tus manos.
¿Estás segura?
–preguntó nuevamente pero riendo, creo que ya me conoce demasiado bien.
¡Sí! –respondo
entusiasmada. Quiero un corte que los demás admiren, se maravillen. Quiero un corte
que deje atrás lo pasado y recomenzar. Corte nuevo para una nueva yo.
Ok... Si
es lo que querés. –dijo Sol levantando una ceja sin creerme del todo.
Una vez
hecho el lavado, me acomodé en uno de los sillones y Sol me colocó esa molesta
bata que siempre me da picazón al cuello.
¿Una tinta?
–preguntó mientras me ofrecía una carpeta llena de mechones de todos colores.
Mmmm...
No sé... –y miraba esos colores, había hasta un violeta, y por un momento me
imaginé como un personaje de historieta. No, mejor no... Con todo lo que me
costó mi mechón a lo Crudelia... Y sabés, eso de venir una vez a la semana a “retocar”;
no, no es para mí.
¡Ja ja ja
ja ja ja! –se rió con ganas. “Mechón a lo Crudelia...” Esta me la anoto.
Un cambio
radical significa algo corto, desparejo... –decía Sol mientras me miraba
através del espejo. Algo muy juvenil... ¿Qué decís?
¿Te
parece? –y ya había fruncido la boca. Con mi cara redonda y el pelo corto
pareceré un zapallo... No, deja, deja... Mejor mantengamos la largueza.
Bien... –y
no agregó más; sonrió y comenzó a cortar.
Estuvo un
rato, tijeras aquí y allá, me peinó con la ayuda del secador y un poco de laca
(que detesto), y el resultado fue exactamente igual a las últimas veces, en los
últimos años. Fui hasta la caja, le pagué, le di las gracias y un abrazo; nos
sonreímos cómplices (ambas sabíamos desde el inicio que terminaría así), y me fui a
casa. Donde me volví a lavar la cabeza para peinarme como me gusta. Preparé un
poco de tè y pensé como decía Scarlett: “Mañana será otro día...” Y habrá
siempre tiempo para cambios radicales... porque el verdadero cambio, ya
sucedió.
(Este relato pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana la convocatoria
fue hecha por Alfredo desde su blog "La Plaza del Diamante".
Te invito a leer el resto de los participantes aquí!)
Jajajaja, es verdad, suele ser así en la mayoría de los casos.
ResponderBorrarMe has sacado esa sonrisa tempranera, Alma.
Mil besos, preciosa.
No hay nada que me guste más que sacar sonrisas... y la tuya es particularmente bonita!
BorrarBesos enormes y que inicies una semana estupenda Auro.
Me he reido mucho con tu entrada y es asi muchas veces tal y como lo cuentas jajaja...
ResponderBorrarBesitos Alma y feliz finde
¿A que sí Slave? ...es que una ya sabe qué le está bien, y sobre todo, con qué se siente cómoda.
BorrarBesotes para tu inicio de semana preciosa!
Las pretensiones de cambio radical se fueron diluyendo para quedar en la nada. Suele pasar. Muy astuta estuvo Sol, a quien no pude evitar con Sol, personaje de Anita Zinc, que forma una especial dupla con Luz. Podes usar cualquiera de mis personajes para un relato del jueves.
ResponderBorrarA mí también me hizo sonreir tu relato.
Besos.
Es que los "cambios" reales y verdaderos, no pasan por lo externo, ¿no crees? ...y ¿quién sabe? ...tal vez un día use alguno de tus personajes.
BorrarBesotes Demi.
Buenos días Alma,
ResponderBorrarLa música de fondo que expresa tu blog, también tiene mucha ''alma'' y, tu micro-relato sobre la peluquería, también me ha gustado mucho.
Lo que más me ha llamado la atención es lo que tratas de expresar sobre el ''cambio''.
Un saludo,
Noa
Bienvenida a mi playa Noa, es un placer que hayas llegado hasta aquí y espero encontrar tus huellas seguido, diciéndome aquello que te gusta, como lo que no, obviamente.
BorrarA mí no me llama la atención que hayas notado lo que trato de expresar, o mejor dicho, "digo" sobre el cambio; estuve por tu casa y aunque fue una visita véloz, intuyo que lo podrás comprender perfectamente.
Un beso y hasta pronto!
Muy bueno y muy realista.
ResponderBorrarMe ha gustado muchísismo
Gracias Tracy... es como siempre, hay cosas de mi fantasía y otras muy muy reales.
BorrarUn beso.
Que sorpresa de final, y yo que esperaba leer acerca del cambio, ya que ibas con tanta determinación. Eso pasa algunas veces al tratar de hacer nuevos cambios, los cuales no estamos listos para dejar ir. Original relato de peluquería, te quedo genial.
ResponderBorrarBeso
Dicen que cuando una mujer quiere cambiar, inicia por ir a la peluquería; cosa que mi protagonista desmiente categóricamente...
BorrarUn besote Yessy.
¡Ay! y es que no nos atrevemos. Yo me he hecho unas mechas rosaceas, y lo que me costó; pero bueno estoy contenta; aunque muchas veces acabo como tu protagonista, igual que siempre.
ResponderBorrarUn abrazo
¡Y viva por esas mechas! ...no creo que pase por no "atrevernos", más bien con sentirse cómoda con algo, y no está mal reconocerlas y mantenerlas ...hasta que realmente no nos sentimos de cambiarlas.
BorrarUn beso Carmen.
Esto se asemeja a cuando sueles frecuentar el mismo sitio para cenar el fin de semana, y en el que pides siempre lo mismo, por más que le des vueltas al menú, para arriba para abajo <¿y si pido esto o lo otro?>…si al final vas a pedir lo de siempre!! Jajaja…
ResponderBorrarHay veces que necesitamos un cambio drástico en la vida, y creemos que puede funcionar con otro pelo, o maquillaje…supongo que nos ayudaría, pero quizá es el interior el que grita y clama por ese cambio, dependiendo de nuestro estado de ánimo, o circunstancias que nos hayan llevado a ese pensamiento.
Me ha encantado leerte y disfrutarte, como siempre ;-)
Mil Bsoss y feliz finde!!
Me has hecho sonreir Ginebra, porque he pensado a las veces que hago exactamente lo mismo que has descripto en tu comentario!
BorrarY te repito, la que queda encantada de que pases y le dejes tan bonitas huellas, soy yo... besotes y buen inicio de semana.
jajaja eso de lavarse después en casa no me lo esperaba!...se pasó de la raya en el tema de las falsas revoluciones! jejeje
ResponderBorrarUn abrazo
Ha hecho cosas peores que lavarse la cabeza al llegar a casa... si te contara Mónica!!!
BorrarUn besote.
Es lo que tienen las peluqueras que no suelen tomarnos en serio por eso cuestan tanto los cambios radicales. Mejor poquito a poco. Besos
ResponderBorrarLa mía me conoce demasiado bien, por eso sabe tanto como yo cómo terminaremos... jajajajaja!
BorrarUn beso.
Mejor pones la peluquería en tu casa así no pagas para terminar quedando igual :) En todo caso eres buena cliente, no te quejas ;)
ResponderBorrarBesos dulces y dulce fin de semana.
¡Me falta sólo la peluquería en casa! ...y no, no soy de quejarme, porque en realidad no creo sirva mucho hacerlo, en ninguna circunstancia. :D
BorrarBesos salados como el mar y el sincero deseo que tu semana inicie y transcurra de manera espléndida!
Te pasa como a mí. Solo voy porque no sé cortarme y las mechas quedan mejor fuera que dentro, pero nunca aciertan con mis rizos. Así que hago lo mismo que tú.
ResponderBorrarY sí, el cambio más importante no es el que se ve, sino el que se siente.
Un besazo.
¡Igualitas! ...como en tantas otras cosas! ...y sí, el cambio más importante es el que se siente, el de adentro; aunque en apariencias todo siga igual.
BorrarUn besote hermosa.
Me ha encantado su relato Alma, así como la profundidad del mismo.
ResponderBorrarAbrazos.
Gracias Rosa, un gusto encontrar tus huellas en mi playa.
BorrarUn beso.
Muy bueno! Este verano me corté el pelo un montón y ahora quiero dejármelo crecer a como lo tenía antes. Lo importante es que uno se vea bien sea como sea y se sienta a gusto consigo misma, lo demás no importa.
ResponderBorrarUn beso
Uffff qué difícil es ese tiempo intermedio entre el corto y el largo que nos gusta... tal vez sea eso lo que hace que no me corte demasiado el pelo!
BorrarBesotes Charo.
En tu relato nos vemos reflejadas muuuuuchas. Creo que lo ideal sería hacerse la loca de vez en cuando, digan lo que digan.
ResponderBorrarUn beso
Yo si me hago aún más la loca me arriesgo a que me pongan la camisa de fuerza... jajajajajaja!
BorrarBesotes Rosa.
Ese cambio interior nunca se reflejará en un nuevo peinado o un corte de pelo, el brillo de tus ojos lo delatará, tu sonrisa y tu alegría se manifestarán en cada acto que realices.
ResponderBorrarAgradezco mucho tu visita, gracias a ella, he logrado conocer tu espacio.
Vuelve siempre que quieras, siempre te recibiré con los brazos abiertos y te devolveré la visita siguiendo mi costumbre.
Te dejo cariños en el corazón.
kasioles
Así es Kasioles, en la mirada, en las sonrisas, en cada gesto y acto se reflejará el cambio; aunque el look sea el mismo.
BorrarMe encantó tu visita, de verdad... y tu cariño llega, allí, al ♥ ...besotes!