Habían pasado apenas unas pocas horas y ella estaba decidida a ir
a buscarlo, sin importarle los riesgos ni las consecuencias. Nadie había podido
darle una explicación de lo ocurrido y ella no se resignaría. Nunca lo había
hecho, no sería ésta la ocasión para comenzar.
Juntaba unas pocas pertenencias, no tenía idea de cuánto le
llevaría el viaje. Mientras, recordaba el día en que lo vió nacer. Se había
pasado toda la noche entre dolores, hasta que finalmente, al surgir del sol, él
vino a la luz y se lo apoyaron en su pecho. Ya desde ese inicio tuvo que luchar
por su lugar. Su padre no quiso reconocerlo y ella se encontró sola con todo, y
contra todos. Pese a ello, él había nacido con la sonrisa pegada en el rostro,
y su destino marcado en la piel. Creció del mismo modo, con infinidad de
carencias, pero no de amor; para eso estaba ella. Mientras ella estuviese, a él
no le faltaría nada. Por eso no entendía qué había pasado, si ella no se había
jamás ausentado. ¿Dónde era que se había equivocado? ¿Cuáles eran las señales
que no había sabido interpretar? Necesitaba respuestas. De otro modo no sería
capaz de continuar. Y él era el único que podría dárselas. Por eso no importaba
hasta dónde debiera ir, pero llegaría a obtenerlas o moriría en el intento.
Mujer... ¿sabes a dónde vas? –escuchó una voz a su espalda en el
momento que cruzaba el umbral de casa, rumbo a emprender su camino. No es
casualidad si allí se esconde hasta el sol.
Su mirada estaba allí, en ese punto, al oeste, porque en el oeste
se encontraban las ciudades de los muertos. Y porque una madre llegaría hasta
donde sea para que alguien le explicara la razón de semejante pérdida.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 5: Usa la frase 'en el oeste se encontraban las ciudades de los muertos'
para hacer una compasición creativa.)
Una madre como la que describís es capaz de ir a una ciudad tan extraña, por su hijo.
ResponderBorrarImpacto emotivo.
Bien escrito el relato.
Besos, paisana.
Me pregunto qué no haría una madre por su hijo.
BorrarGracias Demi por lo que dice, me alegra te haya gustado.
Besotes, paisano!
Suena al comienzo casi del guion de una película, una mujer, una madre que se enfrenta a lo desconocido por encontrar las respuestas. Otro buen relato has escrito.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce semana Alma.
Ainsssssssss Dulce... gracias. De verdad, gracias.
BorrarBesos grandes y salados como el mar.
Una madre es capaz de todo por un hijo.
ResponderBorrarUn placer leerte, Alma.
Que tengas un muy feliz día, preciosa.
Besos enormes y un abrazo fuerte fuerte a tu Gran Alma.
Vos lo dijiste, Perlita... una madre es capaz de cualquier cosa por un hijo.
BorrarBesotes grandes, grandes y un abrazo con toda (el) Alma.
es estremecedor,.. las palabras,la imagen. Yo siento,que ella muere, esa es la impresión mía, que va hacia la muerte, a encontrarse con su hijo.
ResponderBorrarHermosísimo Alma! Muy emocionante.
Me encantó tu interpretación, Ale... Me gusta que quien lee, pueda hacerse de la historia, meterse en el o los personajes, e interpretar lo que sienten o pueda suceder... me gusta esa continuidad entre mis letras y quien está del otro lado.
BorrarBesotes enormes!!!
Da escalofrío saber que un hijo toma una dirección completamente opuesta a todos los valores que los padres, con la mejor de las intenciones, con lo mejor que han podido en sus carencias o posibilidades, le han inculcado.
ResponderBorrarUna madre se pregunta, como en tu relato, ¿dónde se ha equivocado? No se ha equivocado... Solo que no todos volamos en el mismo cielo. Otros, prefieren los infiernos...
Me he imaginado una secta o un mundo oscuro donde unos ganan para atrapar a otros... Es lo bueno de tu historia, deja el camino abierto al lector para que se haga su composición de lugar.
Un beso enorme.
¿Sabes? ...me encanta tu comentario! Es lo que siempre he querido que produjeran mis letras; una reflexión, un 'ponerse en otro lugar', una continuación. Y me gusta lo que has imaginado, porque te has acercado mucho a mi idea cuando escribía.
BorrarBesissssssssss infinitos, hermosa.
Qué no es capaz de cruzar??
ResponderBorrarToda incertidumbre se vuelve certera cuando se trata del amor filial.
Mil besitos preciosa mía.
Es que no hay nada que cale tan profundamente como una pregunta sin respuesta, es algo que nadie, menos una madre, podría soportar.
BorrarBesotes muchos, muchos, Auro.
Una pérdida que una madre nunca puede asumir ni llegar a resignarse… Y es su lucha, hasta su último aliento, siempre en aras de saber y volver a ver el rostro de ese hijo, que ya no está… aun cuando haya de adentrarse en la mismísima oscuridad…
ResponderBorrarSe me encoje el alma, mi preciosa amiga… Bello, y estremecedor…
Bsoss con cariño, y feliz semana 💖
No hay nada más antinatural que la pérdida de un hijo... cuesta hasta siquiera imaginarlo...
BorrarGracias mi querida Gin... y no sólo por tu comentario de hoy, sino por todos esos gestos que tienes, por todas esas cosas que haces llenas de cariño, para todos los que hemos tenido la suerte de encontrarte en este mar de letras.
Besotes mucho más que enormes...♥
💖💖💖
BorrarMuy emotivo y conmovedor relato, los sentimientos se encienden a flor de piel, el amor de madre es de esa magnitud o mas.
ResponderBorrarUn fuerte abrazo amiga Alma Baires, mis mejores deseos cubran de luz tus días por siempre.
Bienvenido a mi playa Jorge, eso primero que nada, pues me da mucho gusto encontrarte aquí.
BorrarY segundo, gracias por lo que dices de mi relato, me alegra te haya conmovido.
Besos grandes.