Una noche. No
una como tantas, sino una especial.
No como
aquellas que recordaba en la ciudad. Allí donde la oscuridad se rompía por miles de
luces y el silencio estaba intoxicado por tantos ruidos. Una noche donde el
sólo y único rumor era producido por el viento entre las ramas de los árboles,
haciendo música al mover las hojas. Y en esa oscuridad, que todo lo cubre, ella...
la luna. La misma que dibujaba los contornos de las montañas contra el muro de
la casa. La misma que entraba por la ventana de la habitación, invadiendo cada
rincón e iluminándonos.
Iluminaba su
cuerpo... en pie, potente, echando una sombra sobre el mío. Una sombra que se
movía lenta, como lo hacía él, porque no había apuro. Caminó hacia mí,
observándome… deleitándose… como un cazador que sabe de tener ya su presa. Se
recostó a mi lado, en esa cama tan grande, tan acogedora, tan nuestra. Su mano comenzó
a recorrer ese paisaje que antes había llenado sus ojos. Me envolví en sus
brazos y pegué mi boca a la suya. Saboreándolo… mordiéndolo… comiéndolo. Las
caderas iniciaron a empujarse una contro la otra. La de él para moverse dentro
mío, la mía para seguirle el ritmo y recibirlo en lo más profundo. La agitación
de nuestras respiraciones parecía estar acompañada del silbar de ese viento
externo. Ese mismo viento que vistió el cielo con una capa de nubes, llevándose
nuestras sombras y aquella calma aparente. Una fuerte explosión cubrió nuestros
gemidos, y se desató la tempestad.
Las gotas
golpeaban sobre los vidrios, al ritmo de sus embestidas. Sus manos en mis cimas,
tomándolas… apretándolas... azotándolas como la lluvia hacía con los árboles. Cual
trueno rompiendo el silencio, fue mi voz gritando su nombre, cuando su hombría atraversó
mi cielo, convirtiéndolo en un infierno. Donde la verdadera tempestad eran las
acometidas entre esas sábanas. Su fuerza quebraba mi cuerpo como un rayo; y su
amor recomponía mi alma. Envueltos en sudor, en lluvia, nos derramamos. Uno en
el otro... ambos.
Una
noche, una simple noche... pero no simplemente una noche.
("Simple", haz click para escuchar la canción de inspiración,
38 de 52 para "Contando las semanas" de Sindel.
Estas letras pertenecen a los "Relatos Jueveros" y esta semana la convocatoria
fue hecha por Inma desde su blog "Molí del Canyer".
Te invito a leer el resto de los participantes aquí!)
Simplemente una tormenta excitante, si me permites la expresión, unir ambas convocatorias como lo has hecho es complicado pero lo has hecho genial. Abrazucos
ResponderBorrarUna de esas tormentas que una (se) desea siempre... Gracias Ester, a veces resulta más fácil que otras unir las diferentes propuestas.
BorrarUn beso.
Buenos días, Alma:
ResponderBorrarLa mía ha sido una lectura evocadora, no una de tantas, sino una especial.
El tuyo es un relato que ha acariciado mi ánimo y evocado el recuerdo.
Tus palabras recrean un escenario que viví y tu expresividad da vida a unas sensaciones que sentí.
Enhorabuena por tu relato y gracias por acariciar mi ánimo, Alma.
Hola Nino... si mis letras en cualquier modo han acariciado tu ánimo, tu alma, me doy por satisfecha... sabes bien que nada de lo que se diga puede ser mayor cumplido que eso.
BorrarGracias a vos, siempre... un beso.
Una de esas noches...cuando los sueños son reales.
ResponderBorrarBesos dulces Alma.
Una de esas noches que la realidad supera cualquier sueño...
BorrarBesos salados como el mar.
Qué MARAVILLA de texto, mi querida, Alma… Poesía y sentir intenso en tus leras… Ésas que dicen y sienten, palpitan; dos cuerpos que se aman en tan bella e incitante tempestad del deseo que los evoca…
ResponderBorrarHermosa, cálida e inmensa caricia de piel y alma… Un verdadero placer…
Bsoss y cariños enormes ♥
Nunca dejaré de emocionarme, y agradecerte, agradecerte inmensamente, tanta demostración de afecto Gin... sos una Mujer muy especial y un hermoso ser...
BorrarGracias por hacer parte, importante, de esta playa... gracias de ♥...
Besotes grandes grandes.
Mucho mas placenteras esas tormentas en la que los cuerpos mojados esperan, tras latidos como truenos, el rayo alumbrador y vivificante que ponga claridad y punto final al deseo.
ResponderBorrarBesos.
Estas tormentas son las que se esperan... siempre.
BorrarUn beso.
Que manera de evocar recuerdos Taña, cuantas tormentas potenciadas por el deseo y las ganas de que nunca acaben. Pero las calmas también tienen lo suyo ;)
ResponderBorrarBesotes genia!!
Obvio que sí Hugo... todo tiene lo suyo, y en la variedad está el gusto... ;)
BorrarBesotes enormes flaco!
"...y su amor recomponía mi alma."
ResponderBorrar¡Qué texto, Alma! :)
Besos..
quieroTe!!!
Como debería ser siempre mi niña... el Amor, así, con mayúscula, el verdadero, el bueno, es el que sana, el que arma, el que da...
BorrarBesoTes Ivel!
Dos tempestades simultaneas. En una de los cuales los papeles de cazador y presa parece intercambiables. Interesante metáfora,
ResponderBorrarUn especial abrazo.
Suele suceder en estas tempestades que el cazador sea el que termine cazado...
BorrarUn beso paisano.
Muy hermoso! Un texto que derrama sensualidad entre metáforas y palabras especialmente entrelazadas. Un beso enorme.
ResponderBorrarGracias Sindel... gracias por tus propuestas, siempre.
BorrarUn beso.
La tormenta nocturna que se desata en los cuerpos provocando el culmen de la naturaleza.
ResponderBorrarEvocas, mi querida Alma.
Mil besitos, preciosa.
Tormentas evocadas... tormentas deseadas...
BorrarBesotes enormes preciosa.
Ojalá todas las tempestades fueran como esa.
ResponderBorrarUn saludo.
Ojalá Pikxi... ojalá...
BorrarUn beso.
Cada noche es especial si hay tanto amor, pasión, deseo... Me ha encantado leerte Alma.
ResponderBorrarUn beso.
Así es Conchi... con esos ingredientes cada noche y cada día son especiales...
BorrarGracias enormes por tu huella, de todo ♥... besos.
Buenos días, Alma:
ResponderBorrarTus continuas muestras de complicidad creativa me dejan sin más palabras que: Gracias, gracias, gracias...
Te estaré por siempre agradecido, Alma.
.
Ainsssssss Nino... ni lo digas...
BorrarTu novela es una "gran novela" y no me cansaré de recomendarla y felicitarte por ella...
Besotes enormes!
Esas tormentas son tannnnnnnnnnnnn especiales que son muy difíciles de olvidar.
ResponderBorrarEstas tormentas nunca se olvidan... por suerte.
BorrarUn beso.
Que mayor tempestad que ese éxtasis al que se llega después de una noche de amor?
ResponderBorrarMuy buena descripción
Un abrazo
No hay mayor tempestad que esa...
BorrarGracias Carmen... un beso.
Estas son las mejores tormentas... las que se debaten cuerpo a cuerpo.
ResponderBorrarBesos.
Las mejores... las únicas que valen la pena enfrentar, y vivirlas a pleno...
BorrarBesotes hermosa.
Estas tormentas, son para vivirlas no para temerlas. Un relaro caliente y erótico donde los haya. Saludos!!!
ResponderBorrarPlenamente de acuerdo con vos Montserrat... y me pone contenta que te haya gustado.
BorrarUn beso.
Una noche perfecta de amor y de lluvia.
ResponderBorrar¿Se puede pedir algo más?
Besos
¿Se puede Alex? ...repetirla tal vez.
BorrarUn beso.
Pero que preciosidad de texto! Bello, erotico, sensual....la evocación de una noche de pasión y de tempestad, me encanta, besos.
ResponderBorrarGracias Molí!!!!!!!!!!!!!!!!!! ...a mí me encanta que te encante!
BorrarBesotes.
Es una tormenta demasiado agradable. Me ha gustado mucho el encare que le diste.
ResponderBorrar¡Un abrazo!
Demasiado... de esas que se desean se desaten...
BorrarUn beso.
Vengo del blog de Mag y ahora el tuyo...Las dos os habéis deleitado en esas tempestades que produce el deseo entre dos cuerpos...No sé si hoy podré soportar más textos así, tan intensos, tan eróticos y tan envidiables...
ResponderBorrarTe felicito por tu tempestad.
Un beso
Y eso que no nos hemos puesto de acuerdo... pero bueno, para mantener las temperaturas agradables aunque ya haya comenzado el otoño...
BorrarBesos Charo!
Bellas letras y mi felicitación.
ResponderBorrarYa está todo dicho.
Un beso.
Mil gracias Musa... de ♥
BorrarUn beso.
Una tormenta muy especial, sin dudas!
ResponderBorrar=)
Un abrazo
Así es Mónica... sin dudas.
BorrarUn beso.
Despues de leerte, he abierto la ventana esperando una tempestad así... no tengo prisa.
ResponderBorrarUn beso
Te deseo que llegue... cuando sea, pero que llegue.
BorrarUn beso Rosa.