Mi abuelo decía que uno siempre está aprendiendo; hoy sé que del dolor también. El último de los golpes que la vida te había reservado, nos ha vuelto a unir... si alguna vez lo hemos estado más allá de un vínculo parental. Y me encantan estas explosiones de energía que se producen entre nosotras, como disparos de armas que han sido cargadas por años y que sólo estaban esperándonos.
Me coloco el gorro de lana, es mitad de noviembre y hace frío... pero yo vuelvo a sonreír.
(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Noviembre son: gorro - armas - allá.)
*En este reto, también he sumado las tres palabras del mes anterior.
No estaba de muy buen ánimo ni para escribir ni para nada;
pero en estas cinco líneas hay mucha verdad,
y del dolor se puede (y se debe) sacar una enseñanza, algo positivo...
yo lo he hecho.
Gracias "Pequeña Raquel" por haber aparecido;
por sorprenderme con tantas 'coincidencias';
por hacer parte de esta vuelta a algo que es muy importante en mi vida;
y, sobre todo, por querer junto a mí (re)construir este vínculo.