Hoy es Nochebuena y
este año será un poco especial. Como si fuera el guión de una película propia
de estas fechas, cuando suenen las doce campanadas estaré en un aeropuerto
esperando el vuelo que me haga encontrar con mi familia.
Finalmente, luego de
tantos años nos volveremos a reunir todos. Sé que los planes han cambiado, y es
que hay cosas que escapan a nuestro control; pero, pese a todo, también sé que
estaremos bien, que seremos felices.
Por un instante cierro
los ojos, y me acuerdo de las navidades en la casa de mis nonos. ¡Cómo me
gustaba ayudar a armar el árbol! Era un día donde sin dudas se respiraba la
magia... y me detengo a pensar cuánto me gustaría repetir, al menos una vez,
ese momento, donde la única prioridad parecía ser colocar la estrella en la
punta de aquel pino.
Sonrío. Lo hago
mientras imagino que estarán armando la gran mesa, donde cada uno habrá
preparado algo. Se prenderán las velas, y sus luces se confundirán con las del
árbol. Los regalos estarán todos debajo del pino, esperando la medianoche, y
esas manos que ansiosas los abran transformando a todos en niños por algunos
instantes.
Y me emociono, porque
en esos momentos todo queda envuelto en un clima de serenidad y amor. Rodeados
de la gente que se ama, más allá de cualquier diferencia pudiese existir.
Aquellos seres que nos “tocaron”, y esos otros que elegimos. Y también aquellos
que ya no están físicamente, pero sí en nuestros corazones, y por los cuales,
seguramente, alzaremos la mirada al cielo deseándoles una muy:
...lo mismo que te
deseo a vos.
Sí, a vos que pasás
cada vez por aquí y me dejas tu huella;
a veces en forma silenciosa y otras,
bien marcada en la arena.
A vos, que cuando me notas con el ánimo un poco bajo,
no demoras en dejarme tu abrazo y tu cariño.
A vos, que compartes mis alegrías
y me estimulas a mejorar cada vez.
A vos, que en esta playa nos acercamos y
derrotamos cualquier distancia.
A vos, que no importa en qué creas, mientras lo
hagas,
te deseo una magnífica noche
y que mañana –y los días que le siguen a éste–,
nos volvamos a encontrar.
(Por motivos que seguro comprenderás,
me resultará
un poco difícil conectarme en estos días,
más
precisamente, hasta fines de enero.
Las futuras
entradas están todas programadas
y, aunque ya
sabes que no hay obligaciones,
siempre te
estaré esperando...
...y en
cuanto pueda, te estaré visitando.
Smu@ckssssssssssssssssss!