Tierra adentro, entre calles de adoquines
y asfalto, nació mi cuerpo pero no mi alma.
Yo soy como el Tango de mi ciudad:
Fuego en las venas, pasión en los pies, delirio en la mente...
Y en todo ello, bailo, danzo tan lejos que los pasos transforman mi piel, y la cubre de escamas, que la pasión se vuelve mar, y hace que por mis venas corra la sal....
Fuego en las venas, pasión en los pies, delirio en la mente...
Y en todo ello, bailo, danzo tan lejos que los pasos transforman mi piel, y la cubre de escamas, que la pasión se vuelve mar, y hace que por mis venas corra la sal....
Y es que mi alma pertenece al mar.... es
como él.... siente como él.
Mar calmo, sereno, de aguas color
turquesa....
Mar abierto, después de la lluvia, con sus
aguas verdes y sus olas de espuma....
Mar agitado, bravío, azul profundo, oscuro
como la noche sin luna....
Mar....
Mar....
Es ahí, en la libertad de mi alma, donde
como las olas, que van y vienen, así se eleva, así madura, así crece....
Y allí, en ese mar infinito, encuentra otras almas que, como la mía, se
reconocen, se pertenecen....
(Este texto pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana
la convocatoria fue hecha por Maribel desde su blog "Soliluna".