Buenas madrugadas rebeldes... aquí Lilith al habla... –Eva sonrió y se ajustó los auriculares para seguir
transmitiendo desde esa improvisada radio que había armado para contar cómo
estaban de verdad las cosas en esa ciudad aislada del mundo llamada “Eden”.
Cuando se mudó allí, junto a su estrenado marido,
Gabriele, no podía creer a la perfección del lugar. Todo parecía sacado de una
película. Las casas todas iguales, hechas para alguna revista de arquitectura
moderna. Y los individuos que en ellas vivían, lo mismo, todos modelos. Maridos
impecables, bien vestidos y con trabajos envidiables; y esposas de fábula, que
mantenían una casa de admirar y criaban sus hijos al mejor estilo “Novicia
rebelde”.
Al principio, Eva creyó que todo era una especie de
broma, pero tardó poco tiempo en darse cuenta que era aterradora y
patéticamente cierto. No habían parejas homosexuales y se preguntó cómo
reaccionarían sus vecinos al conocer a su mejor amigo, que no se cansaba de
recorrer el mundo y enrollarse con cuanto moreno tuviese a tiro. Los hombres
eran todos profesionales, parecían no existir los simples empleados, menos aún
los desocupados; todos tenían un excelente estado físico, apenas salidos del
gimnasio. Y ellas, pues eran modelos de pasarela, todas universitarias pero
ninguna que trabajaba, parecía que a lo único que aspiraban era a ser madres;
aún recordaba los rostros perplejos cuando dijo que ella no deseaba tener
hijos. Y, obviamente, ninguna de ellas se lamentaba de sus respectivos maridos,
ni por un jardín con el césped sin cortar o el grifo sin reparar.
Pero Eva no creyó al cuento de hadas ni por un minuto.
Y no tardó en descubrir que Sara deseaba tanto tener hijos y, ante la presunta
esterilidad de su marido, recurría a su vecino Tomas. Que Miriam, la mujer de
la esquina, para mantener las apariencias, era adicta a cualquier sustancia que
tuviese a su alcance. Y, sin duda alguna, pudo reconocer a Michael, el
dentista, entre las fotos de las conquistas de su amigo.
Por ello no se podía quedar callada, aún si esto
pusiera en riesgo su vida, porque atentaba contra quienes deseaban esta ciudad
hipócritamente perfecta. Un ejemplo a seguir para un mundo de ficción. Y fue
así ella, la buena, hermosa y perfecta Eva, se convirtió en Lilith, la voz de
los rebeldes, los que ya no querían apariencias, ni máscaras.
(Este microrrelato pertenece a los
"Relatos Jueveros"
y esta semana la convocatoria fue hecha por Demiurgo desde
su blog:
"El
Demmiurgo de Hurlingham".
Te invito a leer el resto de los participantes aquí!)
Mi participación a este encuentro de "Relatos Jueveros"
es mi homenaje especial a un bloguero único,
quien, no sólo es un 'paisano' y referente del 'buen hacer' en este mundillo virtual,
sino a quien le debo haber conocido esta iniciativa...
...feliz blog aniversario, Demi
y que sean muchos muchos más,
te lo mereces!!!