Escuché el ascensor. Sabía que era Él.
La puerta del departamento se abrió.
Todo estaba iluminado con velas. La música suave, de fondo, que provenía de la
habitación. Sentada sobre el borde de la cama. Las piernas cruzadas. Sólo la
lencería negra como vestimenta.
Se paró delante mío y sonrió de lado.
Dejó el saco sobre el sillón, tomándose todo el tiempo. Aflojó la corbata, sin
quitarsela. Vino hacia mí y me hizo alzar. Se acercó a mis labios, pude sentir
su respiración sobre el rostro. Temblé, y Él lo percibió.
Su profunda mirada ahora estaba fija en
mis ojos oscuros. Una de sus manos rozó distraidamente mi pierna, sabía que
quería ver mi reacción. Continué a fijarlo.
Al improviso, me empujó contra la
pared. Mi respiración se hizo más marcada, pesada…, se agitó. Sus dedos
comenzaron a acariciarme el cuello, y no pude no apoyarme a su cuerpo.
Me quitó el sujetador y se inclinó
sobre mi seno. Sentí su boca saborear uno de mis pezones. Duros…, erectos…,
por y para Él.
El tiempo pareció detenerse. Podía sentir
cada movimento suyo, cada respiro.
Su mano bajó por mi vientre, hasta mi
sexo. Se separó un poco de mí, para observarme. Sonrió ante el rubor que inundó
mi cara. Volvió a sujetarme entre su cuerpo y la pared. Sentí su dedo entre mis
pliegues, moviéndose lento, mojándose con mi humedad. Pese a la oscuridad, Él vió
el brillo en mis ojos oscuros, el fuego que me provoca cada vez. Cada vez que
soy suya, porque lo soy.
Continuó apretándome contra la pared.
Su lengua recorría mi cuello con hambre. Sentí la fuerza de su miembro
penetrándome, como aquella de sus dientes en mi hombro. Fue su respiración que
comenzó a crecer en intensidad. Se volvió feroz…, casi animal. Así eran sus
embestidas. Mis manos se enredaban en su pelo y mis gemidos se ahogaban en su
cuello. Marqué con mis uñas su espalda en el preciso instante en que su
semen quemaba mis entrañas. Mi boca pronunció su nombre al explotar en un
exquisito orgasmo.
El tiempo volvió lentamente a transcurrir. Me besó permaneciendo aún dentro de mí. Luego de unos segundos me llevó en sus brazos hasta la cama. Su cuerpo y la profundidad del sueño acabó por envolverme.
Actos que envuelven en una calma ... y es que lo dices tan bonito que es imposible no sentir la fiereza y el sueño postumo.
ResponderBorrarMil besitos, Alma y muy feliz día ♥
Auro, tú sabes que tus palabras tienen un enorme valor para mí, eres un ejemplo a seguir preciosa... gracias.
BorrarBesotes infinitos y disfruta tu fin de semana...😘😘😘
Un relato in crescendo y la rúbrica de ese nombre que exclaman los labios es el culmen orgásmico.
ResponderBorrarBesos dulces Alma y dulce fin de semana.
Creo que a todos nos gusta que en ese momento, en la cima del placer, se nos nombre... ¿no?
BorrarBesos grandes como el mar, Dulce y que tu fin de semana sea magnífico!
Casi?... Leía y era como ver a mis gatos haciéndolo. Lo animal nos humaniza más de lo que nos imaginamos, Alma.
ResponderBorrarAbrazo hasta allá.
Me encantó eso de: “lo animal nos humaniza...” ...brillante, Carlos.
BorrarBesotes!
Ese nombre exclamado a la vez que el orgasmo suena siempre como una música celestial, y nada apetece más que envolverse es su cuerpo.
ResponderBorrarUn beso!!
Tú la piensas como yo, Carmela...☺️
BorrarBesotes!!!
Bien envuelta se quedó.
ResponderBorrarBesos.
Y tanto, Alfred...
BorrarBesos!
La ternura es intuitiva, pero la pasión es instintiva, animal. También es animal la energía que surge al estar acorraladas contra la pared, aunque en lugar de atacar, sucumbe.
ResponderBorrarBesos
Me gusta tu análisis, Alís... siempre tan certero.
BorrarBesotes!
Esos actos sexuales, que vienen y llegan así, a veces si proponérselo previamente y que acaban la mar de bien.
ResponderBorrarUn abrazo, y feliz finde
Brindemos por ellos y que nunca dejen de sorprendernos... ¿no Albada?
BorrarBesitos y buen fin de semana!
Ese momento que se hace tan intenso, entre calma y calma, donde el deseo nos brinda esa sinrazón que solo nos conduce a obligarnos porque no nos deja retroceder.
ResponderBorrarIntensas tus letras, tan de ti... y por esos momentos viscerales que nos encogen las entrañas.
Un beso muy grande, Almi.
Mi cariño siempre.
Hay instantes que sólo queda ir hacia adelante, disfrutándolos a pleno...
BorrarGracias por tu huella, Mağ y, sobre todo, por tu cariño que siempre llega.
Besissssssssssssssssssssssss hermosa.
MI Alma querida, te iba leyendo y veía cada instante narrado ante mis ojos, sintiendo ese calor sensual creciendo imparable.
ResponderBorrarUn relato que es la historia de un instante perfecto donde podemos perdernos siempre.
Me ha encantado!
beso enorme preciosa!
Creo que si existiera la posibilidad de encerrar la perfección en un sólo instante, sería en algo así... sin dudas, Ale.
BorrarSmu@ckssssssssssssssssssssssss!
Sensualidad y erotismo. Realmente tus palabras transmiten muchos sentimientos y apetitos.
ResponderBorrarUn beso
Me gusta eso del "apetito", Sandra... provoca una imagen muy interesante.
BorrarUn beso.
Hola Alma, he echado de menos verte por mi sitio, pero aún así he podido disfrutar de esta escena provocativa, envolvente y honesta en la pasión sin pudores ni miramientos de los protagonistas. Tiene un toque clásico, recordándome, en el buen sentido, el cliché de las películas hollywoodenses de los años 40 ó 50. Al menos yo vi la historia en blanco y negro en mi cabeza.
ResponderBorrarUn abrazo.
En los últimos tiempos, **kadannek**, estoy muy '(dis)persa', por decirlo de algún modo... pero te agradezco que 'aún así' me dejes tu huella, lo que te generó el texto... me gusta eso de ver la historia en blanco y negro, es un estilo de fotografía que adoro en forma particular.
BorrarUn beso.
que linda manera de irse a dormir...
ResponderBorrarLa mejor, f... sin dudas.
BorrarHe tenido que volver a empezar porque para mi un saco no tiene nada que ver con lo que es para ti :) y, claro, no entendía nada..
ResponderBorrarQué lentos se hacen esos momentos previos, ¿verdad? Parece que puedes leer cada gesto, escuchar cada sonido... Y después un sueño reparador, claro que sí ;)
Aichhhhhhhhhh Beauséant... ahí me delató mi "argentinidad"... y menos mal que no hice mezcla con el italiano, que a veces me pasa, sino sí que no entendía nadie!
Borrar¿Cómo se le dice en correcto español? ...así lo sé para la próxima.
Es verdad, se puede notar cada mínimo movimiento, como si fuera una película en cámara lenta.
No, si me encanta lo de saco, pollera y remera, no dejes nunca de usarlos, por favor. Fue culpa mía, que estaba con la cabeza en otra parte y no entre bien en el texto :)
BorrarAquí somos muy sosos, hija, decimos chaqueta, rebequita, falda... son palabras que no saltan en la boca.
Sonrío Beauséant...
BorrarAntes que nada, “Bienvenido” a esta playa, Julio David, un placer encontrarte aquí.
ResponderBorrarY por lo del relato... me gusta haber provocado ese efecto.
Va un beso.
Ah!...Belo! Intenso! Excitante! Arrebatador! Irresistivel!...
ResponderBorrarAdoro tuas palavras de fogo!
Beijos para ti.
A.S.
Pues gracias A.S.... un placer que te haya gustado tanto.
BorrarUn beso.
Que pasional manera de sentir amiga Alma una intensidad llena de sensualidad.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias Jorge, por sentirlo, por vivirlo tu así...☺️
BorrarBesos!
Más que leerte me ha gustado sentirte.
ResponderBorrarEmociones improvisadas.
Un placer leerte
Beso
El placer es mío Charly... sobre todo si logras sentirme.
BorrarBesos.
Uf.... eso Fué intenso, yo habría hecho exactamente lo mismo. Faltaría sólo un beso de sal.
ResponderBorrarMMMMM... cual es tu dirección?
Juan de Marco, tomando un uber.
Jajajajajajajajaja Rodrigo... estoy segura que un Uber no podría traerte hasta mi dirección...
BorrarAlma...vim reler-te e sentir o prazer das tuas palavras deliciosas!
ResponderBorrarBeijos!
A.S.
Y yo vuelvo a agradecerte tu compañía, A.S.... un placer para mí también.
BorrarUn beso.
Un relato erótico que me ha encantado. Saludos
ResponderBorrarGracias Cecy... me gusta que te haya gustado...☺️
BorrarUn beso.
Hola, Alma! Me ha gustado mucho pasar por tu blog. Y el relato, sobre todo el preludio que es la parte más sensual. ¿Has leído a Anaïs Nin? Me recuerda un poco a tu estilo. Muy buen texto.
ResponderBorrarSaludos!
Borgo.
¡¡¡Bienvenido Miguel!!! ...eso primero que todo.
BorrarSí que he leído Anaïs Nin y es demasiado cumplido el decir que mis letras te recuerdan a ella... de todos modos te agradezco tanta generosidad y también, el que estés aquí, espero seguir encontrándome tus huellas.
Un beso.