jueves, 31 de octubre de 2019

Otra vez esa extraña sensación la embargaba.
Ella, que dominaba cada aspecto y situación de la propia vida, encontraba el máximo placer en poner las riendas en manos de Él.
Contradictoria, así era ella, la contradicción hecha mujer. Pero es que ella sólo encontraba descanso cuando sus rodillas tocaban el suelo que estaba delante de Él.



(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras son las de los meses de Octubre: extraña - descanso - suelo.)

domingo, 13 de octubre de 2019


Había comenzado su rutina laboral, por ende la radio se encendía automáticamente a las 7:00am. Se levantó aún con sueño y puso el café a hacer. Dejó que la música siguiera sonando, escuchar a Aute siempre le hacía pensar en él.


Se hizo una foto así como estaba; todavía la camiseta con la que había dormido puesta y la taza del desayuno en la mano. Fue esa misma foto la que le envió por mail, aunque sabía que él estaría durmiendo, su trabajo lo tenía despierto casi hasta la madrugada. Recordaba cuando lo había conocido.

¿Madrugas cerca del mediodía? –le había preguntado sorprendida. De grande quiero vivir como tú.

Sonreía con el recuerdo cuando le sonó el móvil indicándole que tenía un nuevo mail. Para su sorpresa era la respuesta a su foto.

Mis días mejoran cuando veo un correo tuyo.
No imaginas cuánto deseo desayunarte.

Se ruborizó al leerlo, aunque hacía tiempo que se frecuentaban, él seguía causándole el mismo efecto.

Era un mimo... para que no me olvides y lleves mi imagen en tu cabeza todo el tiempo que no estés conmigo.

No había llegado a su habitación que el móvil volvió a sonar; él había respondido.

No podría olvidarte. No quiero sacar de mi cabeza nada que venga de ti.

Se quitó la camiseta, se echó boca abajo en la cama deshecha y mientras una de sus manos bajaba hasta su sexo, la otra marcaba su número. Tenía la necesidad, la urgencia de escucharlo.

Aquí me tienes... –le dijo en apenas un susurro.
Me encanta tenerte. –respondió él.

Esa mañana ella no llegó al trabajo, sin embargo viajó por horas sólo con el sonido de su voz.


Si quieres, déjame aquí tu huella...

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *