-Hola... Nos
encontramos otra vez; últimamente se da muy seguido.
-Es
verdad... Es como que necesitaba hacerlo, necesitaba escucharte.
-Pero ¿por
qué ahora? ¿Qué cambió?
-No
sé...Tal vez antes estaba más concentrada en otras cosas..., en otras personas.
Ahora me tomo mis espacios, mis tiempos.
-¿Y eso
está mal? ¿Es de egoísta hacerlo?
-No,
absolutamente no. Muchos suelen confundir el sano amor propio con egoísmo. Pero
yo aprendí que si no te querés, si no sos feliz con vos misma, es difícil
lograr serlo con otro. Llega un momento donde te quebrás.
-¿Te
arrepentís de algo? ¿Crees que podrías haber hecho las cosas diferentes?
-Muchas
cosas podría haberlas hechas diferentes, siempre se puede hacer de modo diverso...
Sobre todo si lo analizo ahora, con la experiencia del después. Pero
arrepentirme no, no me arrepiento de nada; porque cada elección que hice creo
que fue, no sólo la mejor opción en ese momento, sino que me trajo, nos trajo a
este punto. Cada uno de nosotros es una consecuencia de las decisiones que toma.
-Suena
lindo pero como muy teórico ¿es real?
-Para mí
sí... ¿Querés que te diga que me hubiese gustado recorrer el mundo? ¿Conocer
gente? ¿Leer más; estudiar otras cosas? ¿Divertirme más; experimentar más?
-Algo
así... Así suena más real.
-Bueno, no
niego que tengo mis días... Días en los que pienso en que todo hubiese sido
diferente “y si...” Pero después están esos otros, los más, en que me veo y veo
a mi alrededor, y digo “y sí, hiciste bien... valió la pena...”.
-Será mi
eterno inconformismo, esa parte de rebeldía adolescente..., ¿te acordás cómo
era?
-¡Por supuesto
que me acuerdo! Valorar lo que se tiene no es conformarse... Y siempre se puede
soñar con más... Aún también conservo esa parte de rebeldía adolescente muy
viva dentro mío... Aún te conservo muy viva dentro mío.
(Este relato pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana la convocatoria
fue hecha por Mirella desde su blog "Divagaciones nocturnas".
Te invito a leer el resto de los participantes aquí!)