"Aquellas
como yo regalan sueños,
aunque sea a
costa de quedarse sin...
Aquellas como
yo donan el alma,
porque un
alma sola es como una gota de agua en el desierto...
Aquellas como
yo tienden la mano,
y ayudan a
realzarse aún corriendo el riesgo de caer a su vez...
Aquellas como
yo miran hacia adelante,
aún si el
corazón queda siempre algún paso atrás...
Aquellas como
yo buscan un sentido al existir,
y cuando lo
encuentran intentan enseñarlo a quien está sólo sobreviviendo...
Aquellas como
yo aman, aman para siempre,
y cuando
dejan de amar es sólo porque pequeños fragmentos de ser
yacen inermes en las
manos de la vida...
Aquellas como
yo persiguen un sueño,
áquel de ser
amadas por lo que son
y no por lo
que se gustaría que fueran...
Aquellas como
yo giran el mundo,
en la
búsqueda de aquellos valores que ya han caído en el olvido del alma...
Aquellas como
yo quisieran cambiar,
pero el
hacerlo comportaría nacer de nuevo...
Aquellas como
yo gritan en silencio,
para que sus
voces no se confundan con las lágrimas...
Aquellas como
yo son a las que tú logras siempre romper el corazón,
porque sabes
que te dejarán ir sin pedirte nada...
Aquellas como
yo aman demasiado aún sabiendo
que en cambio no
recibirán otra cosa que migajas...
Aquellas como
yo se alimentan de poco
y sobre eso,
lamentablemente, fundan su existencia...
Aquellas como
yo pasan inadvertidas,
pero son las
únicas que te amarán de verdad...
Aquellas como
yo son las únicas que en el otoño de tu vida
lamentarás por todo lo que habrían
podido darte
y que tú no
has jamás querido..."
(Poesía "Quelle come me" de Alda Merini; traducida por mí)