miércoles, 31 de enero de 2018

24 Retos de Lectura - #02

Reto 2:
La canción “20 de enero” de La oreja de Van Gogh, marcó a una generación completa. A ti te marcará porque el segundo libro de enero es un libro relacionado con la música. Ya sea la biografía de un cantante o una novela con un/a músico/a como protagonista. Incluso una novela con lista de reproducción en Spotify.
Elección: “Toda la verdad sobre las mentiras”, de José Antonio Palomares

Esta vez tuve que buscar, porque no tenía ningún libro que cumpliera con las características requeridas. Y como no soy una de biografías; busqué una novela. Ya cuando leí el título me gustó, no sé porqué... –¿a ustedes no les pasa?- ...te transcribo la sinopsis, a ver si te da curiosidad como a mí.

“No me preguntes por los afluentes más importantes de la Península, ni por las ecuaciones de segundo grado, ni por las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. En cambio, recuerdo el intenso sabor del ColaJet de limón, la rugosidad de las costras en mis rodillas, la barriga de John Wayne en los westerns de Primera Sesión, la ansiedad por conseguir chapas que no estuvieran dobladas o la alegría de ver a Santillana marcar un gol. Recuerdo la manera exacta en que el aliento de mi padre olía a Soberano; y la frase favorita de mi madre: ‘¿Te crees que soy el bancospaña?’. Recuerdo que la felicidad era el primer mordisco del dónut en el recreo de las once. Quizá recuerdo todas esas cosas porque están entrelazadas con el momento en el que descubrí por fin toda la verdad sobre las mentiras de mi familia.”

Creo que apenas se inicia a leer esta historia, se empatiza con este niño, con lo que nos va contando de lo que vive. Su día a día; su madre; su padre; su hermano menor; y la escuela, obviamente. Y si bien la primera impresión podría ser pensar que ‘todo tiempo pasado fue mejor’, creo yo que en realidad, es una visión de que ciertas cuestiones pasan de generación en generación. Hasta más allá del lugar donde hayas crecido. Yo me he visto reflejada en un sinfín de situaciones, aún si mi infancia transcurrió del otro lado del océano. No olvidaré jamás los naranjú del recreo, ni de cómo buscábamos de pegar las chapitas de Seven-up al asfalto; el perfume de mi Tata mezclado a sus Jockey Club; como no podían faltar esas frases dichas por mi padre que quedaron en la memoria familiar: “no llorés o te doy una razón para hacerlo”... y la música, que también estaban esas canciones de ‘Enrique y Ana’.
Un más que agradable descubrimiento que te recomiendo sin dudas. Y para no olvidarme del motivo de esta lectura, te dejo la playlist que el mismo autor creo para y por este libro: "Como escribir Toda la verdad sobre las mentiras".
A la próxima!


(Nota: la sinopsis fue sacada del sitio: megustaleer)

domingo, 28 de enero de 2018

Despierto con el sol entrando por la ventana; y los pajaritos que golpean el vidrio al comer.
Es domingo por la mañana; domingo de invierno.
Silencio. Sólo se escucha el silencio, se siente la calma.
Me levanto. Me cruzo con Gatón. “Buen día”; pienso. Tal vez él también.
Preparo café, y busco galletitas... no hay. Tomaré café, decidido.
Voy al salón. Enciendo la estufa de leña; aún hay brasas de anoche.
Pongo música; la de siempre, la que ya sabes a memoria.
Miro por la ventana, mientras tomo el café.
Domingo por la mañana.
Mañana de invierno.
Sin planes.
Sin expectativas.
Sin vos.

(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 04Crea un relato sin adjetivos.)

viernes, 26 de enero de 2018

#VDLN - 80

"El Universo es una inmensa perversidad hecha de ausencia.
Uno no está casi en ningún lado.
Sin embargo,
en medio de las infinitas desolaciones
hay una buena noticia:
el amor."
(Alejandro Dolina)


miércoles, 24 de enero de 2018

Dormir. Era lo único que necesitaba. Extenderse sobre su cama, y descansar. Desconectar su cabeza de todo lo que había ocurrido en los últimos días. Olvidar. Olvidarlo. Pero eso era justo lo que no conseguía. Cerraba los ojos y la imagen de su rostro se le aparecía como una horrible burla del destino. Una cinta de moebius sin principio ni final. Pero estaba dispuesta a todo por lograrlo, por borrarlo, hasta venderle su alma al Diablo si hacía falta. Y así dormir... para siempre.

(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras propuestas para el mes de Enero: dormir, justo, diablo.)

domingo, 21 de enero de 2018

Sé que has sido tú... siempre has sido tú.

Lo único que decía esa nota; ese estúpido e insignificante pedazo de papel que encontró una vez más en medio a sus pertenencias. Era la cuarta vez que le sucedía ese mes. Miró a su alrededor, mientras cerraba el puño con el anónimo dentro. Nadie. No veía a nadie, ni lograba escuchar algún sonido. Se apresuró a esconderlo en el bolsillo de su pantalón, no correría el riesgo de arrojarlo al cesto y que alguien lo encotrara. Terminó de guardar sus cosas, alzó los cinco cuadernos que corregiría esa noche y se dirigió hacia el patio. No entendía qué era todo ese alboroto en el centro del recreo. Y se asustó cuando escuchó a dos de sus colegas gritar que llamaran a la policía. Como pudo, se abrió paso entre el grupo de los más grandes, hasta que llegó donde todos miraban sin poder apartar la vista. Por un instante la sangre se le congeló en las venas, se petrificó frente al espectáculo que había delante de sus ojos, y sin darse cuenta, dejó caer todo al suelo.

Vió a Ana correr hacia allí con un pedazo de tela en la manos, y cubrir el cuerpo de un niño. Sin ser consciente de sus movimientos, sus pasos lentamente se acercaron al centro del patio; y lo reconoció. Reconoció los rubios cabellos de Matias, y su mano, con ese brazalete de cuero que él mismo le había regalado luego de la tarde pasada juntos. No podía ser real, no nuevamente. No era posible encontrarse otra vez en esta situación.

Veinte años atrás, cuando él mismo no era más que un adolescente a punto de terminar su liceo; formaba parte de una colonia. Acudían niños los cuales sus padres trabajaban y no podían ocuparse de ellos. Él les ayudaba con las tareas escolares, y actividades lúdicas. Fue allí que descubrió su vocación. Pero todo terminó una mañana, cuando llegando al centro lo encontró cerrado, y su viejo profesor acompañado por dos policías, era llevado de allí sin más explicaciones que una mirada fúgaz, y cómplice. Él sabía no eran ciertas las acusaciones, lo sabía bien; pero no entenderían. Nadie podría entenderlo. Por eso calló. Y ahora la misma pesadilla. Un horrible deja vù. Sólo que esta vez no podría marcharse de allí como si nada hubiese pasado. Esta vez estaba solo, nadie pagaría por sus pecados. Sobre todo, porque alguien sabía, lo había visto, visto dentro. Y había llegado la hora de enfrentar a los monstruos, de enfrentarse con él mismo y lo que había hecho.

(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 13Alguien le deja anónimos a un profesor de primaria.
Aparece el cadáver de un niño en el patio, narra qué ha pasado.)

viernes, 19 de enero de 2018

#VDLN - 79

"...♫ ...y en la noche, podría estar indefensa
podría estar sola, durmiendo sin ti.
Y en el día, todo es complejo
no hay nada simple, cuando no estoy contigo.
Pero te extraño cuando te vas
eso es lo que hago...bay...bay...baby... ♫..."

martes, 16 de enero de 2018

24 Retos de Lectura - #01

Tal vez hubiese tenido que escuchar la voz de la razón, esa que me decía: "Este año, tranquila... sin tantos compromisos y cosas con las que cumplir..." ...porque al final, lo que comienza como un gusto, termina tranformándose en una obligación. Y es que es más fuerte que yo, me gusta cumplir con los objetivos que me propongo; terminar con aquello que comienzo. También me gusta responder uno a uno a quienes se toman el tiempo de leerme y comentarme; y, visitarlos en sus propias casas, porque aunque a veces no comente, te aseguro que te leo. Pero ¿qué querés que te diga? ¿cuándo es que yo he escuchado la voz de la razón? ...siempre me he dejado llevar por lo que siento, por lo que me hace vibrar el alma...

...y entonces aquí estoy, con otro desafío, con otros retos. Esta vez vuelvo a mi primer amor, la lectura. Encontré en el blog Literup este reto, "24 libros en un año"... y ésta es la primer entrada, espero te guste, me digas sinceramente qué pensás y, sobre todo, espero que -juntos- lleguemos al final.

Ahhh... gracias por estar aquí... de ♥, gracias.

Reto 1:
¿Cuál es ese clásico con el que engañaste a tus profesores haciéndoles creer que lo habías leído?  Respuesta: “La Metamorfosis”, de Franz Kafka

Esta novela, dramática y, a la vez, tan actual, es la más conocida de este escritor alemán. Fue publicada por primera vez en 1915 por su editor Kurt Wolff, en Lipsia.
La historia trata de un joven, que en una noche se transforma en un insecto repugnante, pasando de un miembro activo en la sociedad, a un peso insostenibile para la familia. Todo el libro está impregnado por la ambigüedad: por las alegorías y las metáforas poniendo en evidencia cómo van mutando los sentimientos de la entera familia ante lo ocurrido.
Gregorio Samsa es la clásica representación del individuo medio; sin particulares ambiciones, sueños, o metas que alcanzar; que vive sumergido en una existencia monótana y gris. Toda la historia habla de cómo la sociedad trata de homogeneizar al individuo, despersonalizándolo. Esta situación es la que transforma dentro al personaje, y, en la fantasía del autor, por fuera también. Y, a partir de esto, se transforman las relaciones afectivas y de familia. Sos válido y mereces amor hasta el momento que te conviertes en alguien de peso. Es una metáfora de la vida humana que viene evaluada sólo en la medida de su productividad, capacidades físicas y mentales, y simpatía. Se es digno de esistir no en cuanto se esté vivo, sino en cuanto se sea socialmente aceptado.
Se pasa entonces, de la transformación física, del joven Samsa, que es inmediata, a aquella que es aún más compleja y difícil, que es la de las relaciones con sus padres y su hermana. Inicia sintiendo repugnancia, pasando por el desamor y la vergüenza, para terminar en la indiferencia, y llegar a pedir, implícitamente si se quiere, la muerte de Gregorio.
Como suelo decir cuando un libro me atrapa y me gusta, un texto para reflexionar, sobre lo que vivimos, sobre el futuro y la angustía que éste nos puede generar, y para tomar consciencia definitivamente, que los cambios, las metamórfosis, más radicales no son aquellas físicas, sino las del alma.


"Empieza ya a ser quien eres, en vez de calcular quien serás."
(Franz Kafka)

domingo, 14 de enero de 2018

No sabía qué había visto en él; porque para ser sinceros, no era guapo; uno como tantos. Ni tampoco vestía de una forma especial, normal podríamos decir. Pero, cuando la miraba, cuando sus ojos se clavaban en ella, la paralizaban. Cuando, lentamente se acercaba por detrás, a su espalda, y le acariciaba el cuello, deslizando sus cabellos a un lado, para susurrarle al oído esa palabra, ella era completamente suya. Y no importaba el lugar, la situación, o quien estuviera a su alrededor; él se encargaba de que ella lo oyera.

Y a ella le gustaba se la dijiera. Le gustaba cuando estaban en la cama, era allí que ella esperaba el momento en que la pronunciaba. Porque era el instante en el que ella lo sentía tan dentro, tan dueño, estallando y haciéndola derramarse una y otra vez. Pero le gustaba menos cuando sucedía en lugares que ella consideraba insólitos, o los momentos menos adecuados; todo por los efectos que le producía. Como aquella vez cuando hacían la compra, que él colocó su mano en el límite preciso entre su cintura y su deseo. Y mientras su dedo mayor jugaba descuidadamente entre sus glúteos contenidos por el jean, se la dijo, a lo que ella dió un respingo excitada. Aunque la más memorable fue aquella otra, cuando él la invitó al estreno de la temporada del Ópera. En aquella ocasión le compró un vestido negro que quitaba el aliento, y para él, un smoking impresionante. Toda la noche se comportó como el caballero que era. Sin embargo, a la salida del espectáculo, ella lo miraba, sonriéndole de esa forma tan pícara, tan suya, y él supo exactamente en qué estaba pensando, como siempre. Entonces, mientras la ayudaba a colocarse el abrigo, apoyó delicadamente la boca en su cuello y le dijo:

A mí, hasta cuando estoy en smocking me encanta hablarle a mi Puta... –con lo que ella no pudo contener la risa, pegándose a su cuerpo por toda respuesta.

(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 01El argumento de tu relato es tu chiste preferido.
Haz "click" en la palabra chiste para leerlo.)


viernes, 12 de enero de 2018

#VDLN - 78

"Pensó a los vientos de la vida,
porque hay vientos que acompañan la vida:
el céfiro suave,
el viento cálido de la juventud
que luego el mistral se encarga de refrescar,
ciertos liberadores,
el siroco que derrumba,
el viento gélido del norte.
Aire, pensó, la vida está hecha de aire,
un soplo y adiós."
(Antonio Tabucchi)


Sabes
nacen así
fábulas que quisiera dentro todos mis sueños
y las contaré para volar en paraísos que no tengo
y no es fácil permanecer sin más hadas de raptar
y no es fácil jugar si tú faltas...
Aire... como es dulce en el aire
escabullirse de mi vida
Aire... respírame el silencio
no decirme adiós
pero eleva el mundo
Sí... llévame contigo
entre misterios de ángeles
y sonrisas demoníacas
y las transformaré
en confeti de tierna luz
y lograré siempre huir dentro colores de descubrir
y lograré sentir aún aquella música...
Aire... como es dulce en el aire
escabullirse de mi vida
aire respírame el silencio
no decirme adiós
pero eleva el mundo
Aire abrázame...
volaré, volaré, volaré, volaré...
Aire... regresaré en el aire
que me lleva lejos de mi vida
Aire... me dejaré en el aire
Aire... como es dulce en el aire
escabullirse de mi vida
Aire... me dejaré en el aire...
(traducción hecha por mí)

domingo, 7 de enero de 2018

Habían pasado exactamente nueve días e iniciaba a preocuparme. Controlé el bolso preparado para la ocasión, por enésima vez. No quise continuar a dar vueltas, sino sólo conseguiría volverme más ansiosa, por lo cual fui a ducharme. Me sentía enorme; eran semanas que no me veía los pies. Pero tampoco me preocupaba por ello, ya tendría tiempo de volver en forma –hoy me rio de esto-. El agua caliente casi quemaba mi piel, y aunque me habían advertido que no debía exagerar con la temperatura de la ducha, no podía evitarlo. Fue en ese momento que sentí como una gelatina por entre las piernas.

Dios mío, ¿qué asco es esto? –me pregunté mientras tocaba con el pie ese moco transparente que ahora estaba en el piso de la ducha.

No supe responderme. Aún así, terminé de ducharme y salí del baño con toda la tranquilidad. Lo llamé a él explicándole cómo me sentía, preguntándole si creía oportuno ir hacia la clínica.

Obvio que vamos... –dijo inmediatamente, y sentí por primera vez mi vientre contraerse.

Había llegado el momento.

¿Cómo vas? –me preguntó él mientras subía al auto.
No sé si son contracciones o dolor de panza, con todo lo que se ha comido en estas fiestas... –respondía riendo. No sé si voy a parir o a c....
Por favor no lo digas. –dijo él en tanto que disimulaba una media sonrisa.

Finalmente llegamos a la clínica, y en el instante que él me ayudaba a bajar del coche, sentí que me pillaba encima. Por suerte una enfermera se acercó inmediatamente con una silla de ruedas.

Creo haberme pillado encima. –le dije sin más.
No mamá, lo que acabas de hacer es romper aguas... –respondió sonriendo; giró la cabeza buscándolo a él y preguntó: ¿Ha comprado la enema?

Que Dios me libre y me guarde, fue lo único que pensé en ese momento. Y no podía dejar de imaginarme un bebé cubierto de caca.

Ya en la habitación probé a relajarme, a vaciar mi cabeza, mientras él completaba los formularios correspondientes a la situación.

Habían pasado horas, no sé cuántas, pero muchas, e iniciaba a sentirme cansada. Entró el doctor en la habitación y le dijo a él que me llevarían a sala parto, que no podían esperar más.

Pasó otra hora hasta que la misma enfermera que me ayudó a entrar con la silla de rieda, me llevó en la camilla a la sala partos. Me hablaba, tratando de serenarme, sin mayores éxitos, obviamente. Fue allí que escuché al médico mientras decía al anestesista que no podía esperar más, que comenzaba el riesgo fetal. Esta vez no había dudas, entre el miedo y la fuerza de las contracciones, me había cagado encima. Dios, ¡qué vergüenza! No volvería jamás a poner un pie en ese sitio. Observé el reloj, marcaban las 05:10 am. Fue lo último que recuerdo. En el siguiente instante, cuando abrí los ojos, me encontraba nuevamente en mi habitación.

No me digas que... –le dije mientras lo miraba, él sabía cuáles eran mis miedos.
Que no... –se apuró a responder. Que ni la has cagao ni la has parido, al final ha sido una cesarea.

Se giró lentamente y luciendo la sonrisa más orgullosa que yo jamás haya visto, terminó de decir:


Aquí tienes a tu hija... –y la colocó sobre mi pecho.


(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 23Ponte un poco escatológico y cuenta un nacimiento.)



(Hoy, exactamente 24 años después,
te aseguro que no hay un sólo instante
en el cual no volvería a pasar por todo eso,
con tal de sentirte así una vez más...
Te amo, feliz cumpleaños!)

viernes, 5 de enero de 2018

#VDLN - 77

"Quisiera quedarme entre tus brazos.
Así, abrazados...
en uno de esos momentos donde los labios se callan
y los corazones están tan cercanos que se susurran el amor.
Abrazados, vos y yo,
con el tiempo inmóvil y la vida suspendida...
instantes infinitos de ensueño, brevedad de eterna dulzura."
(Adaptación de letras de Massimo Petrucci)

martes, 2 de enero de 2018

Aún era de madrugada. La casa estaba en silencio y en unas horas tendría que ir al trabajo, comenzando la rutina. Puede parecer paradójico, pero he aprovechado a quedarme a escuchar el silencio en la calle que hace la nieve al caer, mientras disfruto de mi café.

No quería hacer balances; porque ha habido bueno y no tanto. Lo primero se ha disfrutado, lo segundo ha enseñado, al menos, en el mejor de los casos. Lo que sí deseaba y deseo es agradecer.

Agradecer a mi familia. A la que toca y a la que se elige. Porque me acompañan; porque me soportan y me ayudan a que pueda hacer lo que me gusta; porque sé que me leen y me estimulan a continuar; porque algunos pueden estar lejos físicamente, pero siempre están cerca de mi ... y haciendo parte de mi alma.

Agradecer a los amigos; a los de toda la vida, y a los que me han enseñado que el tiempo es un concepto relativo. Y aquí, permítanme hacer algunas menciones especiales...

A Mag... alguien que este mundo virtual ha puesto en mi camino; quien me ha “empujado” a abrir esta playa; con quien hemos pasado mil cosas y hemos sobrevivido a todas; con quien me siento querida y cuidada, y sobre todo, respetada... a esa gran mujer que tengo el honor de llamar amiga...

A Hugo... quien desde el primer momento me ha demostrado más allá de cualquier palabra, que la amistad, que el sentir verdadero, no sabe de distancias, ni de “tiempos”; porque hemos sabido estar siempre, porque hemos buscado el modo, porque no han habido reproches de niños de jardín de infantes, ni excusas tontas... al “flaco” con el cual el café se convirtió en un ritual estupendo...

A Ale... quien por esas vueltas que hace ese hilo rojo que todo lo une, un día nos encontramos y parece que hubiésemos estado allí desde siempre, esperándonos; quien me cuida como una mamá y me es cómplice como una hermana... a mi Luna personal y tan querida...

A Ivel... una niña con un talento impresionante; a la que se hace imposible no querer; quien me pone al día sobre series; y quien nunca falla cuando mi ánimo baja de algún escaloncito... a mi niña especial...

A los que siempre están aquí, pase lo que pase, y de los cuales ya no puedo hacer de menos... Auroratris, poesía en nombre de mujer; Dulce, un Caballero y amigo; Ginebra, una guerrera de corazón enorme; Ester, una mujer de ternura y cariño infinito; Cora, la dulzura hecha palabra...

Y a los que llegaron, estuvieron por aquí un tiempo, y luego se marcharon dejando su huella... a los que van y vienen, junto con las mareas, haciendo que se los espere cada vez... y a los que han apenas acabado de llegar, y aún no nos hemos conocido... a todos y cada uno...

...gracias ...de verdad y de todo corazón, gracias; porque sin ustedes nada de esto tendría sentido.



Como dice la canción, mis mejores regalos son ustedes,
vuestra amistad y compañía,
pero no quiero dejar de mostrar aquello
que algunos me han preparado
y hecho llegar...
de nuevo, gracias!
(haz click en la imagen para verlos)

Y ahora, a por un nuevo año, compartiendo y disfrutando juntos... smu@ckssssssssssss!!!


(De a poquito iré pasando por vuestras casas... prometido!)


Si quieres, déjame aquí tu huella...

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