Él llegó a desatar su primavera en todas mis estaciones."
(Torrancek)
martes, 24 de octubre de 2017
Cuando lo conocí no
era la mujer que soy hoy. Tenía mil inseguridades; era mi peor juez y mi más
cruel verdugo. Si alguna vez creí ser sensual y poder atraer a un hombre, ya no
lo recordaba. La rutina, la convivencia, el trabajo, las obligaciones
familiares, me habían convertido en algo muy diferente de aquello que había soñado,
proyectado.
Y ahí estaba él. Tal
vez como tantos otros, pero seguramente como ninguno había vuelto a lograr
hasta ese momento. ¿Destino? ¿Casualidad? ¡Qué importaba! Él estaba allí, y se
había fijado en mí. Por primera vez en mucho tiempo alguien volvía a
interesarse en qué me gustaba, en qué pensaba, en cómo me sentía. Él era todo
lo contrario a mi día a día. Él era como una válvula de escape. Con él escapaba
de mi realidad, y me transformaba en todo aquello que hubiese deseado ser. Con
él mi piel volvía a erizarse, y la sangre corría aún más veloz por mis venas al
sólo pensarlo. Al pensar en sus manos recorriendo mi cuerpo. Virgen para él, y
sin embargo, la habilidad de su tacto parecía reconocer cada rincón. Su boca
mordía, saboreaba mis labios. Bebía de ellos, y cuanto más lo hacía, más fluía
yo por y para él. Embestía con la fuerza de lo nuevo, con la adrenalina que da
hacer lo prohíbido.
Cada encuentro,
furtivo, clandestino, desafiaba la suerte. Y aunque aquello me preocupaba; todo
lo olvidaba cuando sus atenciones me tenían como objetivo. Cuando su saber
despertaba mi curiosidad. Cuando su poder de seducción desafiaba toda mi
racionalidad. Cuando finalmente su pasión penetraba mi carne y tocaba mi alma,
llenándola, haciéndome sentir plena... viva. Hasta ese maldito sentimento de
culpa quedaba en el olvido cuando se trataba de él. Y es que en sus brazos
volví a vivir. Fue la chispa adecuada, como decía la canción; y me salvé.
O es lo que me repito
cada mañana cuando me miro al espejo, y sonriendo, siento el calor del fuego
que esa chispa ha dejado en mí... alumbrando mi vida, la de mi marido, y
creería que la de él también.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'". Es el número 42: Atrévete a ser infiel en un relato y
describe al detalle las sensaciones de los personajes.)
Miró hacia el
escenario, vió que el local estaba lleno. Sería una gran noche, lo presentía.
No pensaría a nada más que a la magia
de ese momento.
Sonaron los primeros
acordes y su voz comenzó a vibrar. Sus graves latían en todos los rincones y encontraron
eco en esos ojos oscuros que lo fijaban desde la primera fila. Sin darse
cuenta, se había transformado en alguna clase de metal, porque ella lo atría como un imán. No había quedado nadie, sólo ella y él. No sabía cuánto
había pasado; ni siquiera cuándo precisamente había terminado de cantar. Sólo
que lo había hecho y que ella lo esperaba junto a la barra. No era la común
adolescente fanática, encantada por el vocalista de turno, esperando por un
autógrafo sobre el billete de
entrada. O sí, pero no importaba, era mucho tiempo que él no se sentía así.
Demasiado. Tanto que ni siquiera lo recordaba.
Ella lo había colocado
nuevamente al centro; en un instante lo hizo sentir más vivo que nunca en los
últimos meses. Fue eso y no el alcohol que embriagó sus sentidos. Y cuando
finalmente su mano rozó la piel del rostro de ella, sintió el latigazo del
fuego que parecía iluminar sus cabellos. No pudo, no quiso resistirse a
besarla. Su boca mordió los labios de ella, saboreando cada ángulo de esa que
parecía la entrada al paraíso. O sin saberlo, al mismo infierno. Y sin ningún
tipo de cálculo, sus pasos los llevaron al auto de él, donde el ritmo lo
marcaba el pulsar de ese deseo ya sin freno. Las manos de él se perdían en sus
caderas, mientras ella subía y bajaba por su dura virilidad. Acabaron con los
primeros rayos de sol entrando a través de los vidrios empañados. La noche había
terminado, como esa fantasía.
La acompañó hasta su
casa, y se sintió él mismo de nuevo un adolescente, aunque si ya había pasado
media vida de eso. Conducía de regreso a aquello que siempre había considerado
su refugio, de memoria, sin lograr poner en orden una sola idea. Sintiendo de
golpe un vacío en medio al pecho. Sordo
al ruido que la realidad comenzaba a martillar en su cabeza.
Giró la llave en la
cerradura y lo invadió ese inconfundible perfume llamado hogar. Apagó la
pequeña lámpara de la cocina, inspirando lentamente al ver un plato con comida.
Hubiese debido volver antes, pensó. Finalmente entró en la habitación, se desvistió
despacio, envuelto en la oscuridad. Se deslizó bajo las sábanas y el calor lo
abrazó.
Llegaste... –cada
letra pronunciada por su voz se le clavaba dentro. ¿Cómo estuvo la noche, mi amor?
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'". Es el número 31: Escribe una historia que incluya las palabras:
'billete', 'magia' y 'sordo'.)
Esta vez, al ser viernes, mi relato viene con BSO, que es la canción elegida para el #VDLN
"♫... El sexo hace partir
el amor hace volver a ti y desde la piel al corazón que ahora estoy delante de ti. Sé que me perdonarás me debes perdonar sé que tú lo harás y desde la piel al corazón que debo regresar sin más palabras sin hacerte mal y desde la piel al corazón y tú lo comprenderás sólo con una mirada tú lo descubrirás. No busco comprensión y lágrimas que tu no tienes ha sido una emoción que me ha robado el alma. Dulce amor mío y no me ha hecho vivir se abre tu puerta y ahora eres delante a mí y desde la piel al corazón que debo regresar sin más palabras sin hacerte mal y desde la piel al corazón y tú lo comprenderás sólo con una mirada tú lo descubrirás me perdonarás me perdonarás me debes perdonar sabes, me perdonarás y desde la piel al corazón que debo regresar sin más dolor sin hacerte mal y desde la piel al corazón y tú lo comprenderás sólo con una mirada tú lo descubrirás me perdonarás me perdonarás me debes perdonar sabes, me perdonarás. Me perdonarás ...♫"
Este mes de octubre, ya bastante entrado el otoño por estos lares, se me ha dado por la nostalgia. Por eso me he puesto a pensar en las series argentinas, esas que he visto hace tantos años que parece haya sido en otra vida. Muchas me han gustado, Los Simuladores, Tiempo Final, Vulnerables, Botines, y tantas más. Ésta que he elegido, El Garante, me atrapó desde el primer momento. Se trataba sobre la relación que establecen un joven psicólogo (Leonardo Sbaraglia) y José Sagasti (Lito Cruz), un hombre -tal vez- encargado de cobrar una deuda que dejó su abuelo al morir... una deuda con el Diablo. Es lo que se dice una mini-serie, son 8 capítulos, por lo que te recomiendo hacer "click" en el nombre que te llevará a la playlist completa... no te la pierdas, te la(s) recomiendo!
Libro:Raíces
Como ya dije, he estado pensando a tiempos pasados, y recordé la biblioteca de mi mamá; esa que tenía en la casa en la que crecí. Recuerdo el ejemplar de "El Quijote" en español antiguo, el que muchas veces intenté leer y nada me resultaba tan frustante. Donde encontré "Lo que el viento se llevó" y nunca haber deseado tanto ser un personaje (aunque yo no hubiese dudado dos segundos en quedarme con Rhett Butler). Estaban esos libros en el estante más alto, esos que se suponía no debía ni siquiera ver los títulos, y que obviamente leí a escondidas mucho antes de lo que se esperaban. Y después estaba éste, que en la tapa predominaba el verde, porque tenía la foto de un árbol maravilloso... y no dudé en tomarlo, abrirlo y leerlo. Lo que no recuerdo es cuánto me duró, pero sé que fue poco. Poco en comparación a todo lo que me dejó.
"(...) Miré hacia el mar, a través de las aguas por las que había sido traído mi antepasado y volví a llorar. (...)"
["Raíces" de Alex Haley, primera publicación 17/agosto/1976]
Descubrimiento:YouTube
¿Alguno de ustedes se acuerda cuando usó por primera vez YouTube? ¿Cuál fue el primer video que buscaron? ...yo lo he intentado, y no hubo forma de que lo lograra. Sin embargo, no me imagino sin este válido recurso. Y en este mes y por cómo me hace sentir, no podría ser una muestra mejor:
(Para el #VDLN una de las canciones que más me gustan de "Los Redonditos de Ricota"...
aunque siempre es difícil elegir una y sólo una canción de una banda así.)
Trailer: "Blade Runner 2049"
Y en días nostálgicos, ya un poco más frescos, que se inicia a encender estufas a leña, ¿por qué no volver a ver una vieja película como "Blade Runner"? ...y después obviamente ir al cine a ver la continuación!
Citas:
"La vida nos quiebra a todos.Sólo algunos se vuelven más fuertes en aquellos puntos en los cuales se han quebrado." (Hernest Hemingway)
...esto fue todo, nos vemos la próxima!
martes, 3 de octubre de 2017
Finalmente había
llegado el domingo. Ante la sorpresa de todos él se levantó temprano. Y es que ese
día terminaría la “Fiesta de la Uva” y él no quería perderse un minuto. Había
estado pensando en esa celebración y preparándose desde hacia meses; desde el día
en que la había conocido.
Había hecho preparar
sus mejores ropas: una camisa blanca, impecable; sus pantalones con esa pechera
toda bordada como marcaba la tradición; y esa mañana estuvo una hora al menos
sacándole brillo a sus ya gastados zapatos. Y es que de sólo imaginarla a ella,
a sus rubios cabellos, como las espigas apenas cosechadas, no podía desear
menos que ser perfecto.
Faltaban unos minutos
a las nueve cuando escuchó sonar las campanas que anunciaban la misa. Se
apresuró con los últimos detalles y corrió hacia la Iglesia, no podía, no
quería llegar tarde.
Y no lo hizo.
Apenas
entró, vió tantos rostros conocidos, y le tomó algunos minutos encontrarla.
Ella estaba sentada en las primeras filas, por lo que él se ubicó detrás. Sus
gestos eran de memoria, casi automáticos; porque toda su atención estaba
concentrada en ella. En el hermoso vestido que llevaba, con el delantal a cuadros;
ni en el mejor de los sueños la hubiese podido imaginar así. Cuando la misa terminò,
ella se giró, y le sonrió; y él no pudo hacer menos que seguirla. Se pasó toda
la mañana observándola de cerca, sin atreverse a hablarle, hasta el desfile de
los carros alegóricos. Nuestros amigos la subieron al carro principal, y en ese
instante me miro, me tendió su mano y me dijo...
¿Vienes? –su voz lo
trajo de vuelta. Nanni apúrate que no podemos llegar tarde.
Habían pasado más de
cincuenta años de aquella vez. Él continúa a vestir su traje tradicional y ella
su delantal a cuadros, y juntos disfrutan de esta típica fiesta otoñal.