Cuando lo conocí no
era la mujer que soy hoy. Tenía mil inseguridades; era mi peor juez y mi más
cruel verdugo. Si alguna vez creí ser sensual y poder atraer a un hombre, ya no
lo recordaba. La rutina, la convivencia, el trabajo, las obligaciones
familiares, me habían convertido en algo muy diferente de aquello que había soñado,
proyectado.
Y ahí estaba él. Tal
vez como tantos otros, pero seguramente como ninguno había vuelto a lograr
hasta ese momento. ¿Destino? ¿Casualidad? ¡Qué importaba! Él estaba allí, y se
había fijado en mí. Por primera vez en mucho tiempo alguien volvía a
interesarse en qué me gustaba, en qué pensaba, en cómo me sentía. Él era todo
lo contrario a mi día a día. Él era como una válvula de escape. Con él escapaba
de mi realidad, y me transformaba en todo aquello que hubiese deseado ser. Con
él mi piel volvía a erizarse, y la sangre corría aún más veloz por mis venas al
sólo pensarlo. Al pensar en sus manos recorriendo mi cuerpo. Virgen para él, y
sin embargo, la habilidad de su tacto parecía reconocer cada rincón. Su boca
mordía, saboreaba mis labios. Bebía de ellos, y cuanto más lo hacía, más fluía
yo por y para él. Embestía con la fuerza de lo nuevo, con la adrenalina que da
hacer lo prohíbido.
Cada encuentro,
furtivo, clandestino, desafiaba la suerte. Y aunque aquello me preocupaba; todo
lo olvidaba cuando sus atenciones me tenían como objetivo. Cuando su saber
despertaba mi curiosidad. Cuando su poder de seducción desafiaba toda mi
racionalidad. Cuando finalmente su pasión penetraba mi carne y tocaba mi alma,
llenándola, haciéndome sentir plena... viva. Hasta ese maldito sentimento de
culpa quedaba en el olvido cuando se trataba de él. Y es que en sus brazos
volví a vivir. Fue la chispa adecuada, como decía la canción; y me salvé.
O es lo que me repito
cada mañana cuando me miro al espejo, y sonriendo, siento el calor del fuego
que esa chispa ha dejado en mí... alumbrando mi vida, la de mi marido, y
creería que la de él también.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 42: Atrévete a ser infiel en un relato y
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 42: Atrévete a ser infiel en un relato y
describe al detalle las sensaciones de los personajes.)
Ternura y amor. Y feliz. La felicidad es al mismo tiempo la mejor, la más noble y la más placentera de las cosas.
ResponderBorrarAsí es, lograr ser feliz y sereno, es lo más importante.
BorrarUn beso, Pitt.
Bellísima y delicada manera para describir ese sentimiento cruzado, esa lucha interna de la culpabilidad y el saberse viva y palpitante… Ese resurgir que a pesar de tan difícil y sentida lucha, alza sus alas de fuego mitigando todo pensamiento que no sea dejarse llevar… ir… volar con aquel que te hace sentir así…
ResponderBorrarPrecioso, mi querida Alma… Así como es siempre tu pluma…
Bsoss y cariños enormes, y muy feliz tarde, preciosa amiga 😘
Vos Gin lo has hecho poesía, has hecho poesía con mi relato como sólo vos podés hacerlo...
BorrarGracias preciosa, gracias de ♥... besotes gigantes!
Hay momentos en la vida que son así... pura casualidad o salvavidas en el momento más oportuno.
ResponderBorrarUn placer leerte así de bonito, mi querida Alma
Mil besitos y feliz día, preciosa.
Soy de las que cree que todo pasa, o no, por un motivo, lo comprendamos o no...
BorrarBesotes infinitos!
Un relato dulce, donde lo que no debería ser es lo que hace que lo que tiene que ser sea amable. Una historia donde tres ganan. Abrazos preciosa
ResponderBorrarUn relato, una historia donde se sobrevive de la mejor manera posible...
BorrarBesotes Ester!
Creo que el final resume lo que puede ser una relación así, que también puede sumar y no como generalmente se piensa, restar.
ResponderBorrarBesos dulcemente grandes Alma.
Yo creo que suma, de una forma u otra suma...
BorrarBesos grandes como el mar, Dulce.
Buenos días, Alna:
ResponderBorrarUn gran relato. Has atrapado mi atención de principio a fin, con su ritmo climático y tu narración sentida y sencilla.
Me alegra saber que cada despertar supone para tí un renacer “con la fuerza de lo nuevo “.
Un abrazo, Alma.
Hola Nino!
BorrarComo siempre, me hace bien saber que puedo atrapar tu atención, eso es un logro importante para mí.
A mí me alegra leerte aquí...
Un besote.
Sin duda un hermoso y sentido relato que se dibuja en ese sincero sentimiento que vas mas allá de lo común. Un placer es siempre disfrutar de tus relatos amiga Alma Baires, te dejo un abrazo.
ResponderBorrarLo hermoso es tenerte de vuelta por aquí, Jorge... gracias por tu huella.
BorrarBesos!
Bonita la manera en que nos haces sentir las contradicciones, las dudas y también la felicidad de la protagonista. Sabe pero necesita sentir y se recompone y hasta ese momento ninguno pierde.
ResponderBorrarBesos Alma
Sabe y siente... a veces es difícil encontrar un equilibrio entre razón y sentimientos, pero cuando se logra, es lo mejor...
BorrarGracias Conxita por tus huellas, besotes preciosa.
Un amor más allá de ciertas reglas, de lo que se supone correcto.
ResponderBorrarBesos.
Es que en el amor no se deberían tener reglas, solamente ser felices.
BorrarUn beso.