Desde el inicio de los tiempos, el
hombre ha matado al hombre. No por hambre, no por necesidad, no por pasiones,
simplemente por ambición. Ambición de poder. Ninguna muerte es justificable,
ninguna. Sin embargo, creo que podríamos comprender aquellas cometidas por actos de
locura; movidas por borrascosos amores; o, en el improbable caso de
supervivencia. Pero ¿los asesinatos por imponer una ideología?, ¿por el mero hecho de doblegar a
otro a principios e ideales que no comparte?; ¿por supremacía? No. No es comprensible;
no es justificable; no es mínimamente admisible. Sencillamente no. Bajo ninguna
circunstancia, y bajo ningún pretexto.
“Una muerte es una
tragedia; la de millones, una estadística”. Una cita que se le adjudica nada
más y nada menos que a Iosif Stalin. Este dictador soviético, que fue el responsable
de veinticinco millones de muertes aproximadamente, sin contar todos las otras
consecuencias de su comando. Pese a ello, no es el peor (¿o debería decir el
mejor?). Adolf Hitler fue el responsable directa e indirectamente de casi cuarenta
y dos millones de muertes; y, bajo el régimen comunista en China, en manos de
Mao Zedong, las muertes alcanzan hasta aproximadamente setenta millones. ¿Es
necesario hablar de Benito Musolini en Italia, o de Franco en España?, ¿o basta
mencionar a "Tito" en la ex Yugoslavia?; ¿o enumeramos las dictaduras en
sudamérica y sus cientos de miles de “desaparecidos”? No, no creo haga falta,
porque estaríamos haciendo estadísticas, y una tragedia, una sola muerte, es un
precio demasiado alto por la libertad de poder decir, de poder gritar, aquello que se piensa, aquello que se siente, aquello en lo que se cree.
Sé que estas letras no
son un relato, y tampoco cumplen con el objetivo del reto, pero me resulta
imposible hacer ironía con ciertos temas; éste es uno. Y, sinceramente, tampoco
me interesa aprender a hacerla. Por respeto a toda esa estadística; a cada una de esas tragedias.
Es el número 26: ¿Qué pasaría si un dictador de tu elección fuera en realidad, el bueno?
Intenta ofrecer un relato irónico -por favor- sobre cómo se defendería ante el mundo.)