Mi abuelo decía que uno siempre está aprendiendo; hoy sé que del dolor también. El último de los golpes que la vida te había reservado, nos ha vuelto a unir... si alguna vez lo hemos estado más allá de un vínculo parental. Y me encantan estas explosiones de energía que se producen entre nosotras, como disparos de armas que han sido cargadas por años y que sólo estaban esperándonos.
Me coloco el gorro de lana, es mitad de noviembre y hace frío... pero yo vuelvo a sonreír.
(Este microrelato pertenece a “Reto: 5 líneas” propuesto por Adella Brac.
Las palabras del mes de Noviembre son: gorro - armas - allá.)
*En este reto, también he sumado las tres palabras del mes anterior.
No estaba de muy buen ánimo ni para escribir ni para nada;
pero en estas cinco líneas hay mucha verdad,
y del dolor se puede (y se debe) sacar una enseñanza, algo positivo...
yo lo he hecho.
Gracias "Pequeña Raquel" por haber aparecido;
por sorprenderme con tantas 'coincidencias';
por hacer parte de esta vuelta a algo que es muy importante en mi vida;
y, sobre todo, por querer junto a mí (re)construir este vínculo.
El aprendizaje siempre lleva un poco de dolor emparejado. Muchas veces el aprender es perder un poco de inocencia, o descubrir cosas que no nos gustan...
ResponderBorrarTal vez así sea, Beauséant... lo bueno de descubrir "cosas que no nos gustan", es que tenemos la posibilidad de cambiarlas y eso es una maravilla sin dudas.
BorrarEs muy bueno, y esa relación que hace sentirse de nuevo recogida y amada, no tiene precio
ResponderBorrarUn abrazo
Es increíble e poder (re)construir vínculos, Albada, porque un@ ya lo hace desde la elección personal, por algo interno y no por algo fuera, algo "impuesto".
BorrarUn beso.
Cuando uno no puede recomponerse a sí mismo, aparecen esas otras presencias que ayudan, como la pequeña Raquel que mencionas y entonces sonreímos otra vez.
ResponderBorrarBesos dulces Alma.
Esas personas son fundamentales, no sólo cuando "no podemos", sino siempre... yo suelo llamarlas "amigos"...
BorrarBesos grandes, Dulce.
Cuando una no puede consigo misma, siempre hay alas que se colocan bajo el pecho para elevarnos. Es lento el proceso, y largo, pero paso a paso la luz aparece al final del túnel aunque, este, en ocasiones es demasiado pesado.
ResponderBorrarUn beso, Almi.
Mucha fuerza y ánimo.
¿Qué puedo contarte yo a ti, Mağ, que tú no sepas? ...si me habrás sostenido más de una vez con esas, tus alas hermosas...
BorrarGracias por estar siempre y pese a todo... se te quiere, besisssssssssssssssssssss!
Hay faros que nos alumbran y son tan necesarios como respirar
ResponderBorrarme alegra leerte en abierto
y dejarte asi mi cariño Alma
Besos y abrazos de Cora
Que preciosa comparación, Cora... esta playa tiene muchos faros, por suerte.
BorrarTu cariño (me) llega siempre, y te lo agradezco.
Besotes ♥
Gran maestro es el dolor que en su ultima lección te enseña que no te tomes nada demasiado en serio...
ResponderBorrarExtrañaba leerte, Alma. Abrazo gigante!!
Ainssssssssssss Carlos... te debo (y quiero hacerlo), más de una visita, ya llegaré, te lo prometo. Y me has hecho recordar una frase que no sé de quién es: "no te tomes la vida demasiado en serio, de todos modos no saldrás vivo de ella..."
BorrarBesotes enormes enormes.
Un relato diferente a los tuyos, es decir una manera diferente de narrar, directa, sin adornos. Solo la emoción.
ResponderBorrarEn esta brevedad, brillas.
Un besazo asi de grande bonita!
Así necesitaba expresarlo... así salió, Ale.
BorrarSi brillo, también se debe a Amigas como vos, que nunca dejan de compartir su luz conmigo.
Smu@ckssssssssssssssssssssssssssss!
Me han entrado ganas de ponerme un gorro yo también, hoy tengo la cabeza fría (y el corazón también) Me alegra leerte de nuevo, amor.
ResponderBorrar��
Besote enorme.
Pongámoslo también a la lista para cuando nos veamos, Laura: "ponerse gorros de lana"... como que deberás venir tú para acá después de todo... jajajajajajajaja!
BorrarBesotes gigantes osita!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarSi el gorro te calma el frio que mi abrazo te calme el alma ...Un besazo y a seguir siempre hacia delante muak.
Borrar¿Y cómo podría ser de manera diferente, Campi? ...gracias por tu gesto de cariño, me encantó!
BorrarBesotes!!!
Hay lecciones muy difíciles, pero aprender siempre es positivo.
ResponderBorrarMe alegra que vuelvas a sonreír.
Un beso grande.
Totalmente de acuerdo contigo, Carmela... y pues, yo he decidido hace mucho, ser feliz... y hoy además, sonrío...
BorrarBesotes!
Si lo has escrito, ya es un paso, Alma. Cada emoción es una lección de vida y si tenemos con quien compartir, el frío solo es exterior.
ResponderBorrarUn abrazo y ánimo ❤️
Es verdad, Auro... a veces olvido lo buena terapia que es escribir...
BorrarGracias por estar siempre tú también.
Besotes infinitos!
muy bonito relato. si se tiene una pena, hay que dejar a la tristeza expresarse, porque reprimir los sentimientos es peor. pero una vez que hemos dejado que la tristeza se desahogue, hay que recuperar la sonrisa.
ResponderBorraren invierno, el gorro es imprescindible...
besos!
Es verdad, Chema... aunque yo debo admitir que me cuesta muchísimo sacar lo que "me duele". Tal vez parezca poco creíble (no sé porqué tengo la 'apariencia' de alguien extrovertida), pero siempre he sido mucho mejor "oreja", que "habladora".
BorrarUn besote.
(PS. ...tampoco es tanto que uso gorros, siempre he creído que no me quedan bien; pero aquí el frío no es broma)
Muy lindo relato, el dolor siempre exige sentirse, solo así se puede comprender y sanar.
ResponderBorrarMuy bello, un abrazo Alma es grato volver a leerte, saludos
Pues sí, Jorge... yo al menos soy de encerrarme en mí misma y lamerme las heridas hasta curarme, y recién ahí vuelvo, renazco.
BorrarUn beso y gracias por seguir aquí.
Todas y cada una de las emociones que disfrutamos y padecemos, nos sirven, además del sentimiento que producen, como un aprendizaje y evolución personal. Todo está bien, y dentro de esa normalidad deseada para nuestra salud emocional, cuando un día nos damos cuenta de que podemos volver a sonreír…
ResponderBorrarMe pongo otro gorro, y te dejo un abrazo gigante lleno de cariño, preciosa Alma 💙
La única palabra que me viene cuando te leo, Gin, es: GRACIAS!
BorrarGracias por este abrazo y por todos los que me has dejado antes (también de manera privada)... eres una mujer maravillosa y sabe que te admiro, de verdad.
Gracias por estar aquí y por tus constantes muestras de cariño, son una verdadera caricia al alma.
Besotes enormes!!!
Celebro este reencuentro aunque más celebro que lo hayamos elegido!
ResponderBorrarGracias po compartir tus letras, por destrabar las mías, son una caricia al alma, Alma =)
Uffffffffff Peque... la sorpresa de tu comentario ya era fuerte, pero tus letras... no soy capaz de decirte lo que me provocaron tus letras... mirá el tiempo que hace que escribo y nunca hice mención de ese lugar tan especial y de todos los recuerdos que allí quedaron...
BorrarTuve que esperar para terminar de responderte, pero ni aún así puedo encontrar las palabras para describirte todo lo que me provocaste... y sólo puedo decirte: GRACIAS.
Un besote y un abrazo aún más grande y fuerte.
💙
BorrarMe encantó tu comentario, Julio... como todas las cosas simples, encierra una belleza y verdad extraordinaria... gracias.
ResponderBorrarVan unos besos.
Aunque quisiéramos no podemos evitar el dolor, está ahí aparece cuando vivimos pero como decía Buda El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional, hay perdidas que duelen, que dolerán siempre y una se acurruca en ese gorro de lana y se avanza.
ResponderBorrarMuy bonito el sentimiento que hay en ese micro.
Besos
Es exactamente así, Conxita, como lo expresaba Buda que yo lo pienso, lo siento y vivo.
BorrarBesotes.
Hola,
ResponderBorrarMe ha gustado tu microrrelato. Y suscribo cada palabra.
Un abrazo.
Hola Mamen... y a mí me gusta encontrarte en alguna de mis playas, de verdad que sí.
BorrarUn beso.
En este mundo hace falta el dolor, y también las preocupaciones pues es la única manera de madurar y apreciar lo que nos rodea. Hay que volver a empezar, aunque uno sienta el cansancio y el triunfo le abandone.
ResponderBorrarUn texto muy emotivo, Alma.
Saludos!
Borgo.
Aunque sea duro comprenderlo, suscribo a tus palabras, Miguel... creo que tienes toda la razón.
BorrarGracias por tu huella, un beso.