Me había levantado temprano, sé que no tenía porqué, pero me
gustaba andar de aquí para allá por la casa en esas ocasiones. La mañana era
cálida y mamá había abierto todas las ventanas, esa leve brisa hacía bailar las
cortinas, y yo no pude evitar hacerlo entre ellas. La abuela ya había
establecido su indiscutibile reino dentro la cocina, comenzaba a sentirse el
perfume de sus manjares invadiendo cada rincón.
Subía y bajaba las escaleras buscando a mi padre, finalmente lo
hallé en el jardín. Se giró a mirarme, su cigarro en la mano y sus ojos en los
míos. No importaba que en pocos meses fuera a cumplir mis veinticinco años, él
siempre me miraría como si fuera su niña pequeña. Lo abracé sonriendo, y
escuché como tocaban a la puerta. Salí corriendo a ver quién era. No hizo falta
llegar hasta allí, escuchaba la voz de mi madre emocionada... era Tetè, su
mejor amiga. Diez años viviendo afuera con su familia, y había vuelto por
primera vez a su Buenos Aires querido, y a pasar este día junto a nosotros.
¡Andy... por Diossss... qué grande estás! –me dijo dándome un
abrazo que casi me deja sin aire. Mira quien vino también ¿te acuerdas de
Nacho?
Él apareció por detrás de su madre y creo que mi corazón se detuvo
por un instante. Estaba más alto, más grande, más guapo. Más verdes sus ojos,
más negro su pelo... más él. Más hombre.
¿Cómo podría olvidarse, si lo perseguía por todos lados? –juro que
a veces mataría a mi madre.
¡Mamá! –y no pude evitar sonrojarme. Hola... cuanto tiempo.
Esos años transcurridos hacían que la diferencia entre nosotros ya
no pareciera tanta. Todos fueron para dentro, y yo no fui capaz de mover un
pie. Nacho se quedó mirándome, y sonriendo.
Ahora no podré llamarte más Andy... –de sus ojos parecían salir chispas.
¿Y por qué? –temía su respuesta. Soy siempre la misma...
No, no lo eres... –se acercaba peligrosamente. Ya no eres aquella adolescente...
eres una mujer... una hermosa mujer.
Tú... –la emoción ahogaba mi voz, mientras mi mano acariciaba el
ángulo que formaba su mandíbula.
Yo... yo no he olvidado tu promesa. –tomó mi mano y la besó.
Él había sido el primero en besar mi boca realmente. No un beso de
amigos, ni al pasar, como esos cuando jugabas a “Verdad o Penitencia”. Él me
había enseñado a besar. Siempre había estado enamorada de Nacho, y no me
importaba que fuera mucho más grande que yo. Cuando se fue, creí se me rompería
el alma. Fui allí que le prometí esperarlo. Esperarlo todo lo que hiciera
falta. Y ahora él había vuelto...
...año nuevo, viejos amores.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 1: Escribe un relato que comience en un día de Año Nuevo.)
Muy bien pasado el reto.
ResponderBorrarUn abrazo
Gracias Demi por creerlo así.
BorrarUn besote, paisano.
Y qué bonitas historias, aquellas que quedan pendiendo en el tiempo, esperando sigilosas con su tenue luz a su maravilloso desenlace…si es que ocurre… Y si llega, si de pronto te encuentras ante aquella conversación, aquellas palabras y promesas pendientes…todo tu mundo gira en torno a ese preciso instante, en el que debes abrazarte, para no dejar escapar…
ResponderBorrarQué bella e inspiradora historia, mi querida Alma… Más bella aún, cuando es narrada bajo la sensibilidad y exquisitez de tu pluma…
Un placer, querida amiga…
Bsoss y cariños gigantes ♥
Esas historias, esas primeras historias; las que nos marcan, porque son el despertar... y hacemos promesas, y esperamos... algunas quedan en una eterna espera, otras tienen desenlace, feliz, menos feliz, pero lo tienen... y lo que sí, siempre quedan en la memoria del alma.
BorrarGracias, gracias, y mil veces gracias por tus palabras y afecto querida Gin... besotes enormes ♥
No somos conscientes de nuestros cambios hasta que llega el ayer y nos hacer situarnos en el presente... cómo olvidar una lección así.
ResponderBorrarUn episodio precioso y narrado con mucha genialidad.
Mil besitos, preciosa.
Es verdad... dicen que no hay nada como volver a un sitio que conocimos y donde fuimos felices, no para darnos cuenta cuánto ha cambiado el sitio, sino cuánto hemos cambiado nosotros.
BorrarInfinitas gracias como siempre por tus palabras y cariño... besotes muchos, preciosa.
Qué bueno! Me encantó revivir esa sensación tan patente de reencuentro! Me acuerdo mucho de personas que pasaron años después por mi vida, dejandome así sin aliento! precioso!!
ResponderBorrarSi sabremos nosotras de volver!!! ...a mí nunca me ha pasado, pero ha sido bonito imaginarlo...
BorrarBesotes Ale!!
Siempre me han gustado esas historias de amores que comienzan a temprana edad, tal vez porque es cuando el sentimiento es más puro.
ResponderBorrarBesos dulces Alma y dulce semana.
Coincidimos una vez más Dulce... a mí también siempre me han gustado estos amores, llenos de ilusiones, plenos... puros, como decís vos.
BorrarBesos salados como el mar, ya sabés, para contrarestar!
Que historia tan bonita, Alma.
ResponderBorrar"Esperarlo todo lo que hiciera falta. Y ahora él había vuelto.."
Me he imaginado la escena, e infinidad de escenas pasadas y futuras entre esos dos jjajaja Mi imaginación voló :)
Besos, Almita hermosa :*****
❤❤❤
Mi niña, conociéndote ya podrías escribir una novela!!! ...y déjala que vuele tu imaginación, si es maravillosa como vos!
BorrarBesotes a montones!!
Buenos días, Alma:
ResponderBorrarFelicidades por tu relato de estructura narrativa ágil y emotividad expresiva natural.
Encuentro difícil recrear lo natural, habitualmente lo bastardeo con deslices de irrealidad. El leerte hace que retome conciencia de lo mucho que necesito aprender, tu naturalidad me anima a practicar la mía.
Gracias, Alma.
Buenas tardes Nino:
BorrarGracias... y esta palabra hoy me resulta chiquita con vos. Pero no conozco otra, gracias por tus palabras, gracias por tu apoyo, gracias por sumarte a esta iniciativa, gracias por incluirme en uno de tus relatos... gracias!
Besos.
Interesante como escribes y ves las letras
ResponderBorrarun abrazo
Bienvenida a esta playa Recomenzar, y gracias por encontrar mis letras interesantes.
BorrarUn beso.
Mi debilidad ya no me permite seguir navegando por los grandes mares de intermnert que yo quisiera manejar, amiga Alma, pero leyéndote sé que es bueno y necesario volver hasta aquí para redimir pecados, sentar el alma en puerto seguro ya gradecer que alguien como tú siga escribiendo.
ResponderBorrarYo haré como tu personaje de hoy: "tomó mi mano y la besó."
Ainsssssssssss Enrique... siento tanto lo que dices; y a la vez me emociona el que tengas tan bello concepto de mí. No sé si merezco tanto, pero te lo agradezco de todo ♥.
BorrarUn abrazo fuerte, con muchos ánimos, deseádote lo mejor. Un beso.
Qué dulces esos primeros besos y esos primeros amores que siempre se recuerdan y que no vuelven nunca, porque si lo hicieran nunca se es el mismo.
ResponderBorrarMuy bonito Alma.
Besos
Nunca nada es lo mismo... pero eso no quita que puedan ser mejores, ¿o no?
BorrarGracias Conxita, un beso grande.
Me gusta mucho ver que vuelves a escribir: vaya dos sorpresas de lo más agradables me he llevado en mis últimas visitas^^
ResponderBorrar¿Cuánto de autobiográfico tendrá esta historia, me pregunto?
A mí me gusta cuando vos venís a pasear por mi playa, de verdad lo digo.
BorrarY pensaba responder a tu pregunta, pero a último momento decidí que no, porque siento sería como sacarle un poco de magia, quiero dejar que cada uno que lee imagine aquello que desee, ¿que te parece? ...pero si te puede la curiosidad, te lo digo al oído con la condición que shhhhh, no digas nada ;)
Besotes, grandote!