Ella comenzó a llorar.
Como cada vez que debía darle la espalda y volver. Dejándolo allí.
Sentía un dolor tan grande al hacerlo. Algo tan profundo e
inexplicable. Como si hubiese nacido dentro de él.
Y las lágrimas continuaban a rodar silenciosas por su rostro. Hasta
que una llegó a sus labios. Sintió que era salada. Y aquello la hizo sonreir.
No necesitó preguntar, su corazón infantil ya había encontrado las
respuestas. Su alma tenía, sentía, cuál era la explicación.
Él estaba dentro de ella. Seguía protegiéndola, cubriéndola.
Cuando llorase, él limpiaría y curaría sus heridas. Él, en sus
lágrimas, le recordaría que todo pasa. La haría pensar a sus mareas; a sus más
fuertes tempestades y como luego llega la más profunda calma.
Él la acompañaría siempre y ese era su modo de recordárselo. La
sal de sus lágrimas eran la prueba de que él formaba parte de ella.
Él era, es, y será siempre, la esencia de (su) Alma.
(Este texto pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana
la convocatoria fue hecha por San desde su blog "Y nacimos casualmente".
Te invito a leer al resto de los participantes aquí!)
Siempre he pensado que eres un pececillo en un charco que le que queda pequeño, que echa de menos la inmensidad del azul o del verde, la bravura y la calma... Y sí, es que somos del y de agua y, tal vez, por ello nuestras lágrimas sean una reminiscencia de ello, para que no nos olvidemos.
ResponderBorrarY tú eres de mucho mar.
¿Sabes? Las lágrimas son diferentes, según sean de alegría o de pena...
Un beso enorme.
Tú me conoces bien, has sentido (mi) Alma desde el primer momento... y sí, muchas veces echo de menos el mar, ese inmenso océano Atlántico que me vió crecer y al que siempre he sentido pertenecer.
BorrarTe quiero Mag... a veces creo que ese sea el problema, yo soy de mucho (a)mar... besotes!
P.D.: cómo me reí imaginándome como un pececillo... he pensado automáticamente a Dory ...jajajajaja!
Me ha gustado mucho, es un texto ameno y agradable de leer a la par que bello. Besos
ResponderBorrarGracias Cristina, nada mejor que te sientas a gusto en mi playa. Un beso.
BorrarPrecioso relato Alma, has conjugado imagen y letras a la perfección.
ResponderBorrarUn beso y muchas gracias por acudir a la convocatoria.
San gracias a vos por tan amena e interesante convocatoria. Un beso.
BorrarLa esencia de un alma manando de otra alma. Qué bonito verlo así!!!
ResponderBorrarTernura, Alma, me ha encantado toda esa ternura consumada.
Mil besitos y feliz tarde, preciosa.
Aurora, lo que es bonito es que tú me veas así!!!
BorrarUn besote y que tu fin de semana sea tan maravilloso como lo eres tú.
Mar, sal y alma confluyendo en esencia. Muy poético.
ResponderBorrarUn abrazo
Mónica no lo podrías haber resumido mejor!
BorrarUn beso.
Refrescante relato lleno de sentimientos puros...aunque haya surgido alguna que otra lágrimita, el amor está presente---bss
ResponderBorrarEs verdad Mirella, pese a las lágrimas, el amor siempre está y es muy muy grande.
BorrarUn beso.
Me ha encantado tu relato. A veces hay personas que dejan tanta huella que viven dentro de nosotros.
ResponderBorrarUn abrazo
Siempre hay quien nos seña, quien (se) hace parte de uno.
BorrarUn beso.
Me ha encantado la última frase, mi querida Alma, que recalco: "Él era, es, y será siempre, la esencia de (su) Alma".
ResponderBorrarSu alma encontró la respuesta, la protegía, la mimaba, la cuidaba, siempre pendiente de ella, siempre en ella, siempre con ella.
Un placer leerte, mi preciosa Alma.
Un beso muy dulce de seda.
Él es parte de mí, desde siempre... no puedo explicar con palabras lo que me produce, lo que siento cuando estoy con él, en él...
BorrarY como te digo siempre, el placer que tú pases por aquí y me dejes tus huellas llenas de afecto, es todo mío.
Un besote enorme y un abrazo fuerte fuerte desde (el) Alma.
El sabor de la presencia, ese que se degusta con todos los sentidos.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce fin de semana.
No lo había pensado... "el sabor de la presencia", me ha encantado esta frase tuya, y es que se nota cuando alguien es un poeta, y vos lo sos!
BorrarUn beso salado como el mar, y que tu fin de semana sea estupendo!!!
Las lagrimas le saben a mar, entonces son mar para ella. Un hallazgo.
ResponderBorrarY la imagen lo ilustra tan bien. Te felicito.
Besos.
Gracias Demiurgo... después del detalle en tu casa, y ahora tus palabras, sólo me sale decirte: Graciassssss de ♥.
BorrarBesotes!
Para una imagen tan potente, un texto que juega en armonía e intensidad.
ResponderBorrar¿tu alma llena de mar?
El mar seguro hoy se llenó de tu alma, para encontrar sus respuestas.
besos, con el alma mía, que cruzan un charco pequeño hasta tu porteña morada.
Ainssssssss Casss qué lindo lo que has dicho!!!
BorrarUn besote enorme.
Las lágrimas saladas como el mar. Algo que la reconforta para ella.
ResponderBorrarUn saludo.
Una vez su abuela se lo había "explicado" y a ella esta razón la reconfortaba y le bastaba...
BorrarUn beso Pikxi.
Ese salitre fue la respuesta que necesitaba. A veces hay que indagar en nuestras más ocultas profundidades para comprender y sorprendernos, pero ante todo, para descubrirnos. La imagen con la que sellas el relato, termina poniéndole ese dejo de blanca espuma que lo acaricia y completa.
ResponderBorrarBesos!
Gaby*
Qué gran verdad Gaby*... nada mejor que bucear en nuestra alma para descubrirnos y ser...
BorrarUn beso y gracias siempre de pasar y dejarme tu huella.
Eres tan gran escritora y con tanto dentro que, mi dulce Alma, a mí me has recordado a Mario Benedetti en aquellos versos a su padre:
ResponderBorrarPor instruirme en la vida
y enseñarme a no mentir.
Por preocuparte por mis problemas
y recompensa no pedir.
Por enseñarme nobles valores:
el amor, rectitud y compasión,
justicia, desinterés, trabajo,
caridad, verdad y el perdón.
Por todos tus desvelos.
Por tu amor paternal.
Hombres como tú hay pocos.
Eres un padre ideal.
Por cumplir con tus deberes.
porque nunca me fallaste.
Porque contigo contar siempre puedo.
Hoy y siempre mi amor te entrego.
Porque siempre estás ahí,
tendiéndome tu cálido abrazo.
Por ser modelo en mi vida.
Por siempre creer en mí.
Por todo esto padre, te aprecio,
y a Dios de nuevo agradezco
por en mi vida tenerte a ti.
Ainsssssss Pitt, mi querido Pitt... vos me dejás sin palabras, con la emoción a flor de piel y los ojos llenos de estas gotitas de mar...
BorrarVos me "ves" tanto, que a veces temo sea demasiado... y que te haya hecho recordar al gran maestro Benedetti, ufffff... gracias Pitt... no conozco otra palabra, por eso te digo "Gracias" de ♥ y con toda (el) Alma...
Un beso inmenso como el mar ...y sabé que tu comentario ya está guardado entre mis más bellos tesoros.
Que relato tan intenso, tan romántico. Esa lagrima salada, con su final estremecedor.
ResponderBorrarEncantadora lectura.
Saluditos
Esas lágrimas que desde chica me consolaba pensar que eran gotitas de ese océano que tanto amo...
BorrarUn beso Yessy y gracias de tu huella.
Sabor a mar hasta en los recuerdos, sabor a sal es la respuesta a las preguntas cuando ya no esté.
ResponderBorrarBello.
Un beso
El mar... mi océano está en mí...
BorrarUn beso.
Un relato muy romántico y bello...
ResponderBorrarMuchos besos.
Gracias Carmen... así lo siento.
BorrarUn besote.
Me identifico con ese amor por el mar que se manifiesta en tus letras. Soy de tierra adentro, pero llevo muchos años acercándome al mar y dejándome seducir por él. No he llegado al punto de llorar por la añoranza, pero sí que lo necesito en mi vida.
ResponderBorrarUn abrazo.
Ainssss Pepe... yo también he nacido tierra adentro pero desde siempre, sin saber el motivo, cada vez que debía volver y dejarlo, las lágrimas me "saltaban" a los ojos... es una inmensidad que te llena.
BorrarUn beso y gracias por tu huella.