Italia, noviembre
de 1942.
Mio caro:
Inicio a escribir estas líneas
sin siquiera saber si lograremos vernos una vez más. De no ser así, y si existe
aún un Dios, ruego que ellas te lleguen de algún modo.
Ya son dos
meses que te has marchado, y tu ausencia provoca en mí un vacío y un sentimiento
de desolación, que ni siquiera este crudo invierno podría igualar. Todo está
cubierto de nieve, nuestro pueblo, nuestros senderos, cada uno de nuestros
rincones. Tan blancos, tan puros y etéreos. Y sin embargo, falta esa magia en
ellos, esa magia que vivía junto a ti y que se ha marchado contigo. Pero mis
palabras no desean ser un reproche; porque tus ideales, tu sentido del deber,
tu responsabilidad, son parte de las cosas que me han enamorado de ti. De ese
hombre maravilloso que me conquistó simplemente rozando mi mano... y luego el
alma y el cuerpo entero.
Sé que
esté no es el mejor de los modos, y seguramente no es como lo hubiese
imaginado; pero tal vez no tenga otra oportunidad. Hace apenas unos días supe
de esperar un niño. Y sé también que no es el mejor momento, que todo está en
nuestra contra. Pero ya no me importa nada... ni las disputas entre tu familia
y la mía, ni los quince años de diferencia, ni si yo podría ser una niña como
dice mi madre. Yo me convertì en mujer entre tus brazos aquella tarde, y ahora
tomo la decisión como tal de marcharme también. Me iré a Suiza, buscaré trabajo
y tendré allí a nuestro hijo. Espero que la vida nos reencuentre, pero si no es
así, este niño será tu regalo más grande... y habrá valido la pena.
Te amo,
por siempre tuya, A.
(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 39: Desarrolla un relato en forma de carta.)
Las cartas, tenían ese algo mágico que se ha perdido y una carta así es para estremecer. Y si imagino, diría que el va por ella y su hijo.
ResponderBorrarBesos dulces Alma.
Es verdad lo de las cartas... a mí me encantaba escribirlas y recibirlas, lo mismo que las postales o las tarjetas navideñas o de cumpleaños... pero en fin.
BorrarTambién me gusta imaginar que él ha vuelto de la guerra y ha ido a buscarlos...
Besos salados y grandes como el mar, Dulce.
Con una mujer derrochando tanto amor y hermosos sentimientos ¿quien no se va a Suiza para encontrarse con ella?. Me ha gustado el relato Alma.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola Conchi!!! ...qué gusto verte por aquí, de verdad!
BorrarImaginemos que él ha logrado volver para buscarlos...
Besotes y gracias por tu huella.
Bonita declaración de amor aunque no vuelvan a encontrarse para ella ha valido la pena y encima va a tener un gran regalo en forma de ese hijo que ella espera.
ResponderBorrarA mi me gustan mucho las cartas y este contar de tu historia, es como que quién lo escribe se desnuda del todo ante aquel que espera la lea.
Buen ejercicio Alma
Un beso
Me gustó eso que dices de las cartas, yo también lo veo así... será que me gusta escribir... y leer.
BorrarGracias por tu constante apoyo Conxita... un beso.
Muy interesante y con final abierto.
ResponderBorrarBesos.
Me gusta que quien lee imagine aquello que desea...
BorrarUn beso.
Una valiente decisión, la mejor que podía tomar… Emprender una vida nueva junto a ese pequeño que está por nacer, y si el destino lo dispone, ese esperado y deseado reencuentro…
ResponderBorrarPrecioso, querida Alma… Mágico y maravillosamente sensible…
Bsoss gigantes con cariño 💕
Qué bonito lo has imaginado Gin... y no podía ser menos, si tienes una sensibilidad extraordinaria...
BorrarGracias querida amiga, por estar allí siempre, con esa mano tendida.
Besotes enormes ♥
Bellísimo corte
ResponderBorrarGracias Enrique, de verdad gracias!
BorrarUn beso.
Momentos que nos hacen crecer...Las decisiones que marcan una vida.
ResponderBorrarBonita presentación, querida Alma.
Mil besitos preciosa
Una decisión que seguramente lo ha cambiado todo...
BorrarGracias Auro, mil y más veces gracias... besotes, preciosa!
Las cartas tienen alma y cuando llegan a su destinatario el alma las hace vivas, esta narra lo que puede ser verdad, y nos deja el final en el aire pero la esperanza subyace y la ilusión creciendo. Un abrazo
ResponderBorrarEs tan cierto eso Ester... las cartas, la palabra escrita transmite tanto.
BorrarBesotes grandes.
Buenos días, Alma:
ResponderBorrarSólo puedo felicitarte por tu relato.
En primer lugar me resulta difícil usar la estructura de una carta para ficcionar un relato (éste era/es el reto que había empezado a desarrollar y me quedé atrapado)
En segundo lugar, creo que usas un lenguaje muy evocativo, que no sólo nos acerca a los personajes si no que nos lleva a ese año 1942.
Un abrazo, Alma.
Ainssssssss Nino... nunca dejaré de agradecer tu constante apoyo a mis letras, a mis ganas de superarme y ponerme a prueba... gracias, gracias, gracias... sabes que para mí es un placer y un honor contar con vos aquí, y considerarte ya un amigo.
BorrarUn beso grande.
Escribir cartas... que llegaban tarde, pocas veces a tiempo, con decisiones tomadas y que ya, difícilmente, podían ser revocadas. Pero ella, sin esperar respuesta, no sé si egoísta o valiente, ya tiene la decisión tomada pero la mejor forma es una carta con destino.
ResponderBorrarBesos enormes.
Esas cartas... algunas que esperabas ansiosa... y otras que te tomaban de sorpresa... cuántas emociones guardaban!
BorrarBesotes muchos hermosa!
Que manera de jugarse por lo que quiere, por sus deseos. Además más teniendo una idea de lo que va a hacer, teniendo planes. Es para elogiar.
ResponderBorrarBien planteado el reto.
Besos, paisana.
Si uno no se la juega por aquello que desea, por aquello en lo que cree, ¿por qué debería hacerlo?
BorrarGracias Demi por tu constante apoyo!
Un besote, paisano.