Aquí existe una expresión que significaría algo parecido a "...fue como un rayo bajo un cielo despejado..." ...y eso fue exactamente lo que me sucedió cuando conocí a Ale.
Cuando llegué a su casa, a ese "Rincón en la luna", me sentí como si llegara a un sitio que ya conocía. Día trás día me encontraba con ella, con sus palabras y su abrazo. Compartíamos tantas experiencias comunes, nos encontrábamos una en la otra... y, poco a poco, fue creciendo una amistad, fuerte, sólida.
Hoy, somos compañeras de letras, hemos abierto juntas una casa nueva... somos y estamos una para la otra. Y ella no podía faltar en los mimos por mi cumpleaños... sus alas me abrazaron una vez más...
...y yo no dejo de agradecer;
agradecer el afecto constante
y, sobre todo, el habernos encontrado.
Gracias Ale... gracias mi Luna personal!!!
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