martes, 24 de julio de 2018

Suena la alarma del celular, pero él ya está despierto desde hace más de media hora, como casi todos los días en los últimos años. O, al menos, desde que tiene memoria. Ahora ya está acostumbrado, superó los ataques de ansiedad y quedó descartada cualquier tipo de enfermedad mental; aunque en un principio era la respuesta más lógica.

Apoyó los pies en el suelo, debía ir a trabajar, y de repente recordó la primera vez que le dijo a su madre lo que le pasaba. Ella no le hizo caso, trató de minimizar y le habló de “amigo immaginario”. Le dijo que era normal y que ya se le pasaría. Pero no, no se le pasó. Era mejor que se apurara o llegaría tarde.

Entró a la ducha, algo rápido; al contrario de lo que pensarían muchos, no le gustaba perder tiempo en ciertos rituales. Por suerte había decidido cortarse el pelo, eso facilitaba las cosas. Fue allí que pensó en su padre, e imaginó qué le diría. Esto si aún se hablaran. Él nunca aceptó lo que le pasaba, y nunca quiso escuchar sus razones. Terminó dándose por vencido, y simplemente se alejó. De él como de tantas otras personas.

Se vistió de manera ligera, era uno de esos clásicos húmedos días de invierno en la ciudad. A pesar de lo importante de ese día, no deseaba ser muy formal. Un jean y una camisa, las botitas y la campera negra, y el pañuelo que le había regalado su hermana. El de la suerte, como decía ella.

Estaba saliendo del departamento, cuando escuchó el sonido del contestador automático que se accionaba.

Corazón... soy yo... –la voz de su mejor amiga era inconfundible. No logro contactarte al celular, y esta tarde quiero acompañarte al juzgado sí o sí... por nada al mundo me pierdo ese momento...

Hacía años que esperaba lo que ocurriría ese día. Desde que comprendió que estaba atrapado en un sitio que no le correspondía. Un juez declararía lo que él siempre sintió. Y esa tarde, finalmente, Andrea Prieto sería quien siempre hubiese debido ser, Mauro Prieto.

(Este relato pertenece a los "52 retos de 'El libro del Escritor'".
Es el número 48Tu texto es el día a día de una persona atrapada en el cuerpo de otra.
Lo sabe desde hace años y lo asume como algo normal, pero no olvida su vida de antes.
Puedes darle un tono filosófico, psicológico, de terror, fantasía... como quieras.)

14 comentarios:

  1. Tienes esa facilidad de contar historias en textos breves, delineando lo importante y creando el entorno para el desenlace, aunque en este caso sea el revelar el sentido del relato, entonces cobra sentido completamente. La foto perfecta para la temática.

    Besos dulces Alma.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Dulce, que seas propio tú a decirlo, a apreciarlo, hace que me sienta honrada.

      Besos grandes como el mar.

      Borrar

  2. https://www.youtube.com/watch?v=tiikhCuluqQ

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias Chanté, hacia mucho tiempo que no escuchaba ManRay.

      Besos.

      Borrar
  3. La foto que has encontrado, como siempre, define y resume perfectamente la historia que,impecablemente, has contado. Ciertamente, ahora lo vemos medio normal, aunque sigue siendo estigma para much@s, pero en tus letras se denota la naturalidad y la relajación en las letras para describir la sensación de este hombre atrapado en un cuerpo que no es suyo... y es un paso importante para Mauro y sabe, que pese a todo, no está solo.
    Un beso enorme.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Creo que has dicho algo muy importante, la naturalidad de ciertos temas... es necesario salir de ciertos pre-conceptos, ciertas estructuras mentales... la respuesta a todo está en el amor, el amor hacia el otro ser, y eso va más allá del cuerpo, es cuestión de ánimas... pero de esto tú sabes más que nadie...

      Besisssssssssssssssssss Mag.

      Borrar
  4. Alma querida, realmente como dice Maga, tienes el don de encontrar la imagen que se ajuste perfectamente a tu palabra. Es la conjunción que hace la magia. Me parece un relato valiente, sin excesos para no generar morbo,sino simplemente narrar una historia tan cotidiana. Eso te engrandece, poder contarla sin artificios y que cale tan hondo.
    UN BESAZO Y TODA MI ADMIRACIÓN!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Creo, no, estoy segura, que valientes son aquell@s que poseen el coraje de ser quienes son más allá de cualquier otra cuestión...

      Súper smu@cksssssssssssssssssssssssssssssssss mi Luna!

      Borrar
  5. Gracias Alma está estupendamente escrito. Un beso grande.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Gracias a ti por leerme, Sueño... un beso grande de vuelta... :)

      Borrar
  6. Impecable, mi querida Alma. Has ido tejiendo la trama con absoluta entereza para el lector y la imagen es totalmente acorde y le da más énfasis a tus palabras.
    Admirable tu capacidad de narración.

    Mil besitos y feliz tarde ♥

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Me haces sonrojar Auro, propio tú, con una maestría incomparable para con las letras, aprecias mi(s) relato(s)... y yo no puedo más que sentirme honrada.

      Besotes infinitos!!!

      Borrar
  7. Los grandes pasos empiezan siempre con pequeños rituales que nadie entiende. Se necesita mucha valentía para darlos, una valentía que no todo logran encontrar y en el que, por desgracia, muchas veces se encuentran sin ayuda.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Bien lo has dicho, se necesita mucho valor para ser quien se siente y se cree, o se desea; y el problema es encontrarse solo... por suerte, también, son esos los casos cuando te das cuenta quien realmente vale.

      Un beso.

      Borrar

Si quieres, déjame aquí tu huella...

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *