Fuimos hasta la habitación
envueltos en nuestras toallas. Sentía su mirada clavada en mí, y me sentí
quemar. Me recosté sin saber qué decir, quedé en silencio a observarlo. Parecía
ahogarme en sus ojos, en su mirada, donde leía mil intenciones, mil promesas.
Me sentí sonrojar ante esto.
Acercó su rostro y sentí cómo me
respiraba. Me olfateaba como un animal con su presa. Mi cuerpo deseaba otro
contacto con él. Cerré los ojos y lo sentí suspirar. Su mano me acarició,
posándose en mi nuca. Me sujetó con fuerza del cabello, alzando mi boca hasta
la suya. Sentí la invasión de su lengua, buscando la mía. Sus besos recorrieron
mi cuello, alternándose con pequeñas mordidas.
Mi resistencia, si alguna vez
había tenido alguna, cayó definitivamente. Me aferré a él con todas mis
fuerzas. Sentí su brazo rodeando mi cintura, me tiró hacia él; hasta que su
cadera presionó contra la mía. Pude percibir su excitación, separada de mí sólo
por la toalla con la que todavía se cubría. No me frené y seguí sus
movimientos. Me froté a su cuerpo arrancándole un gemido. Separó su boca de mi
piel sólo para mirarme a los ojos. Mi seguridad, mis ganas de él, hicieron que
su deseo aumentara.
Finalmente quitó la toalla, dejándola
caer al costado de la cama. Su erección se izaba ante mí en toda su virilidad,
provocándome un deseo irrefrenable. No pude evitar tomarlo entre mis manos, y
él cerró los ojos dejándose hacer por un instante. Sentirlo caliente, cada vena
latiendo bajo el toque de mis dedos, hacia que temblara. Sus manos aferraron
las mías y su boca inició a torturar mi seno. Lamía y mordía mis pezones.
Primero uno y luego el otro. De forma lenta pero intensa. Entonces sus manos
tomaron mis pechos colocando su sexo entre ellos, iniciando a masturbarse. Mis
puños se cerraron apretando los bordes de las sábanas. Me mordí para ahogar los
gemidos. Sentí como la humedad bajaba por mis muslos y arqueé la espalda, ante
lo que creí inevitable. Pero él comenzó a frenarse hasta detenerse, y esperó
que yo abriera mis ojos. Sé que mi mirada le imploraba de continuar, pero continué
callada, sólo se oía mi respiración agitada. Le sonreí de forma maliciosa, levantando apenas la cabeza para
apoyar un beso sobre la punta de su excitación. Me hizo girar bajo su cuerpo.
Sentí su mano entre mis piernas, abriéndome para él. Lo sentía... sentía cada pliegue de él en mí.
Me sostenía por las caderas, haciendo más fuerte cada arremetida. Se acercó y
me mordió el hombro en el exacto momento que explotábamos en un orgasmo.
Se dejó caer sobre mi espalda. Su
mano acariciaba mis cabellos, la fiera iniciaba a calmarse. Entonces escuché su
voz en mi oído: "Recuérdate, sos fuego…, pero yo soy el dueño de ese fuego."
(Todo había comenzado... aquí)
(Este relato pertenece al Reto: "Fuego en las palabras" del mes de Mayo;
blog "Crónica de la loca que cazaba nubes"... te invito a visitar el blog y su dueña, Rebeca.)
Todo empezó allí y tengo la sensación de que no terminará aquí...😉
ResponderBorrarme gusta leerte tan apasionada.
Besotes bella.
❤
Hay historias que sabemos cómo inician y sabemos que nunca terminan... ¿no Laura?
BorrarBesotes osita!
Tu huella es impresionante la que dejas con este texto tan sensual y de seducción, te ha quedado lindo de verdad, con una elegancia absoluta..enhorabuena
ResponderBorrarAbrazos con cariño.
La tuya Campi, la huella que me has dejado es hermosa y te agradezco tanto.
BorrarUn besote!
Me ha encantado, Alma. Eso sí, tienes que poner sin falta el enlace a este post en un comentario dentro de la entrada donde explico en qué consiste esta edición de mayo. ¡Qué alegría que te hayas decidido a participar!
ResponderBorrarUn abrazo enorme.
Ya hecho esta mañana, Rebeca y me alegra haber vuelto a paricipar en tus retos.
BorrarUn beso!
Uffff...pues como parte de ése reto...fuego no te falta. Describes las sensaciones con tanta sensibilidad y elegancia que te admiro...
ResponderBorrarQué más decirte...que me ha encantado...es puro fuego...
Un besazo Alma¡
Y ya he visto Amando que tú también te has decidido a participar... estoy segura que lo tuyo sí será un incendio.
BorrarBesotes nena!
Fuego, fuego pasional que quema e incendia. Lo curioso de ese fuego es que ha comenzado con el agua. intenso relato nuevamente.
ResponderBorrarBesos dulces Alma.
Sabes cómo es, Dulce, los opuestos no sólo se atraen, a veces hacen explosivas reacciones químicas.
BorrarBesos grandes como el mar.
Lo lei ayer y sono el telefono y ya no se si le dia a publicar o no. Denso y ardiente, lo describes sin omitir detalles, muy bien narrado.Abrazos
ResponderBorrarPues te había salvado el teléfono, y aún así, Ester, has vuelto... gracias preciosa!!!
BorrarBesotes.
Veo que no han mantenido las medidas de alejamiento físico recomendadas por las autorirades sanitarias. ¡Que mal ejemplo XD!
ResponderBorrar;)
Jajajajajajajajajaja Alfred... mira con lo que me has salido, hombre!
BorrarUn beso.
Hola AlmaBaires, no había leído la anterior entrada, y he tenido el placer de leerlos los dos seguidos!! un relato perfecto, repleto de erotismo y a la vez delicadez en la manera de narrarlo. Me ha gustado mucho.
ResponderBorrarUn beso.
Gracias Carmela, de alguien como tú es todo un cumplido.
BorrarUn besote.
Evocación y pasión, con las dosis justas para no ser demasiado fuerte. Me ha gustado
ResponderBorrarUn abrazo y feliz día, con pasión, que nos conserva tan bien. Nos deja estupendas :-)
Es mi primera "preocupación" esa, Albada, que el texto vaya siempre en ese sútil límite que tiene la escritura erótica...
BorrarUn beso.
No podía haber mejor continuación que consumir el fuego que se inició. Fuego con fuego se paga pero cuando hay un dueño, aquel siempre puede sobrevenir en cualquier momento.
ResponderBorrarUn gozo leerte así, Almi. Y me haces recordar :-)
Un beso enorme.
Me encanta hacerte recordar, Mağ porque creo, no, estoy segura que esa parte importantísima de ti está ahí esperando por salir... de nuevo. ¿Quién no se recuerda de PI?
BorrarBesissssssssssssssssss hermosa.
Mi más sincera enhorabuena, Alma. Has volcado toda la sensualidad de manera elegante y llena de imágenes sugerentes y sugestivas. El final es "broche de oro"
ResponderBorrarMil besitos con cariño para ti y feliz tarde ♥
Tú Auro, eres la maestra de la delicadeza y la elegancia, por lo que te digo gracias preciosa.
BorrarBesotes infinitos ♥
Ay, me encantó que decidieras continuar la historia...ahora sí es el broche de oro, sensualidad y pasión... Muy caliente,muy muy.
ResponderBorrarY además tiene tu seña. Muy bueno, de verdad.
Un beso preciosa! Ays, me encantó sentir cada sensación, vibrando con cada movimiento de los amantes.
¿Sabés lo que me gusta Ale de que vos me digas esto? ...que vos sos testigo de todo el proceso, de la evolución, y si esto te encanta... para mí es el mejor cumplido!
BorrarSmu@ckssssssssssssssssssssssssss!
He leído tus dos capítulos y solo puedo decir… dichoso tu galán, porque pudo tocar el cielo con sus manos y penetrar al paraíso sin necesidad de morir.
ResponderBorrarAlmaBaires, patrona de la sensualidad, dueña de las letras que me afiebran. Ama de los textos apasionados, imán de mis pensamientos impuros, me convertiste (con tu arte) en voyerista de tu exquisito relato.
¡Ardientes saludos, para ti!
Juan Carlos... no sé ni qué decirte. Cada vez que me visitas, me dejas sin palabras, aunque creo que exageras con los cumplidos... y con las mejillas coloradas, te agradezco y te dejo un beso... y otro más.
BorrarY esa frase al final te hizo desear empezar todo de nuevo...
ResponderBorrarAbrazo, Alma.
Parece que ya me vas conociendo, Carlos... jajajajajaja!
BorrarUn beso.
Aquí de visita y leyendo tu historia. Muy bien.
ResponderBorrarPues gracias de la visita, Alexander... me alegra si lo que has leído te ha gustado.
BorrarLeer esto a primera hora de la mañana no me ha sentado muy bien.....jeje
ResponderBorrarChistes a parte, me ha gustado la descripción de ese momento de pasión. Bien hilado todo.
Un saludo
Jajajajajajajajajajajaja Victor... me has provocado una carcajada!
BorrarGracias por lo que dices, y a ver cuándo participas tú a algún reto de escritura con uno de tus excelentes relatos... sería un lujo contar con ellos.
Un beso.
ResponderBorrarSu pluma es exquisita a la hora de contar y provocar.
Él me parece egoísta el fuego es un descubrimiento del hombre, no debe apropiarse de el...Sabe?
Beso envidioso
S
Gracias Siciality, por apreciar de este modo mi pluma.
BorrarCon respecto a "Él", no lo llamaría egoísta, sino inteligente, sabe lo que tiene y cuida de no perderlo.
Un bacio senza invidie.
Y desde luego que hay fuego en este relato. Esa intervención final es el cierre perfecto a este relato erótico tan bien narrado. Un abrazo!
ResponderBorrarGracias David, tu opinión en materia de escritura es muy importante para mí... de verdad, gracias.
BorrarUn beso.
Escena intensa y apasionada al máximo, me gusta esa subida de tono y erotismo, vas sintiendo cada caricia, cada roce y cada sensación, me gusto muchísimo y ahora iré a ver como comenzó
ResponderBorrarBesos
Es un tipo de relato que había "abandonado" por un tiempo y he decidido volver al ruedo, como se dice, Ayelen.
BorrarBesos.
Todos queremos ser dueños de las llamas para hacer arder el infierno, pero ambos sabemos que el fuego puede encerderse si hay el calor y el viento necesario para que las chispas enciendan mil hogueras
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