Hoy es su
día. Y sé que tal vez no será cómo lo imaginaba, pero haré que sea especial.
Muchas
veces lo encuentro como ahora, sentado en ese viejo sillón, con su cigarrillo
entre los dedos y mirando por las ventanas que dan a la calle. Me pregunto qué
esperará. Tal vez, como yo, recuerda la voz de ella entrando a casa como un
tornado, nunca supo ser silenciosa…, su nena. O lo vea a él corriendo detrás,
ya que donde iba una estaba el otro. Tal vez se vea a él mismo, volviendo a
casa luego de un día entre computadoras y problemas, sintiendo el perfume de la
cena que lo espera. O tal vez, vea a nuestra “piccola” jugando con el perro,
esperándolo para ir a las hamacas de la plaza.
Pero no; su
nena hace años se fue a vivir demasiado lejos como para esperar que entre por
la puerta una tarde cualquiera; y con ella nuestra única nieta. Y él…, él siempre
está ocupado; aunque si hoy prometió venir a cena.
Todo está
listo, no he preparado mucho, lo justo…, en definitiva seremos sólo nosotros
tres.
Escucho
entrar a mi hijo. Abraza a su padre y ya me emociono. ¿Y todo eso? –le pregunto
señalando unas bolsas de compras. Botellas…, el vino que le gusta al viejo… –y
lo mira guiñando un ojo. Algunas cervezas…, y algo para brindar. Nunca se sabe…
En fin,
meto todo en su sitio y llamo a cenar. Suena el timbre. ¿Quién será a estas
horas? Va él, es su día en definitiva.
¡¡¡Feliz cumpleaños!!!
–era la voz de su nena y… ¡¡¡Tata!!! –nuestra nieta.
Entre la sorpresa y las
lágrimas nos sentamos alrededor de la mesa para festejar…, para festejarlo.
No podían
hacerme un regalo mejor… –pronuncia él conmovido.
¿No? –dice la
“piccola”, sonriendo burlona. Yo creo que sí... Se acerca a su abuelo y hace que
coloque la mano en su vientre, que ahora noto crecido.
Tal vez no
fuera cómo lo imaginaba…, tal vez, fue aún mejor.
(Este texto pertenece a los "Relatos Jueveros" y esta semana
la convocatoria fue hecha por Leonor desde su blog "Mi blog de fotos".
Te invito a leer el resto de los participantes aquí!)
En realidad, de eso se trata la vida. De un ir y venir de almas... Una, que está a las puertas del invierno, en su ocaso, y la otra que viene en primavera, con toda la vida por delante... Y en un momento dado, esperemos, se cruzan en el camino para vivir la experiencia más grata y que ninguno de los dos recordará.
ResponderBorrarEntrañable tu texto, tu recuerdo, tu memoria...
Y con esta música de fondo, te aseguro que el relato cobra un cáliz diferente.
Un beso enorme, enorme...
Este es el maravilloso viaje que llamamos vida... así quiero imaginar ese momento... y tal vez, logre llegado el caso, cumplirlo...
BorrarBesos aún más grandes para vos hermosa!
Un relato muy tierno, me ha encantado. Has dado un toque esperanzador al incluir la nueva vida que está por nacer. Fue un día muy especial, mucho mejor de lo que había esperado.
ResponderBorrarUn abrazo y gracias por participar.
Leonor fue un honor participar en tu convocatoria... todo un reto para mí esta vez, de verdad... pero un enorme placer al final.
BorrarUn beso.
Los nietos son las alegrías de la vejez, supongo que se disfruta más que se disfrutó con los hijos, por falta de tiempo.
ResponderBorrarGran relato
Un abrazo
Así es Carmen, al menos mis padres eso es lo que siempre dijieron... y a veces las elecciones de los hijos, por muy justas y válidas, pesan.
BorrarUn beso.
Esta historia me sacudiò fuerte...pasamos por una situaciòn similar..y ojalà en mi cumpleaños pueda volver a ver a mis nietas...bss
ResponderBorrarMirella, sin conocerte, te lo deseo de todo corazón... como hija sé lo que mis padres echan de menos a la suya...
BorrarBesos y un abrazo fuerte fuerte.
Precioso relato! Con un final que me hizo emocionar mucho. Me alegra que haya recibido el regalo que tanto esperaba.
ResponderBorrarUn abrazo.
Gracias Sindel, que mi relato te haya emocionado es un hermoso cumplido.
BorrarUn beso.
Un emotivo relato, un momento de esos que hace que la vida tenga color y sentido.
ResponderBorrarBesos dulces y dulce fin de semana.
Aunque es un encuentro imaginario, me ha emocionado como los reales... porque a veces la distancia pesa.
BorrarUn beso salado como el mar y que tu fin de semana sea maravilloso.
El regalo de hacerlo bisabuelo, de conocer una generación más de sus familia.
ResponderBorrarUn abrazo.
Sé que sería un regalo muy especial... ojalá un día pueda contarlo.
BorrarUn beso Demiurgo.
¡Qué bonitooooooooooo! y qué lleno de esperanza, te lo he agradecido porque nos has hecho ver con él que todo es posible.
ResponderBorrarGracias Tracy.... como decía Lennon "...podrás decir que soy un soñador, pero no soy la únic@..." ...nunca dejo de creer que todo es posible.
BorrarUn beso.
Y es que los padres son el inicio de tantas cosas, de nuestras vidas, de las de nuestros hijos, de las de nuestros nietos......y así hasta el infinito. Un relato realmente bello.
ResponderBorrarSi pienso a mis abuelos, son todo eso y más, nunca dejo de recordarlos... y si pienso a mi hija, sé, siento que para ella también lo son...
BorrarUn beso.
Me alegra que la historia tenga un desenlace feliz, la esperanza de un nuevo integrante de la familia, la cereza del postre jejeje
ResponderBorrarSoy optimista por naturaleza Mónica, pocas veces me dejo vencer por el desánimo...
BorrarUn beso.